LA FOTO CON BENEDICTO XVI La visita del Papa a España el próximo mes de julio ha puesto a todos los políticos, de un signo y de otro, en movimiento. El objetivo es conseguir una foto con el Romano Pontífice para enseñar a los amigos y a los votantes y dar así muestra de buen talante. Aunque no hay evidencias científicas, no hay nada que lleve a pensar que una foto con el Papa convierta a los políticos de malos en buenos. No hay nada que nos invite a decir que las leyes contra la familia, contra la educación y contra la Iglesia, van a dejar de ser aprobadas y ejecutadas. La foto simplemente busca apelar a los sentimientos y conseguir un voto de confianza al Gobierno. El asunto es que los ciudadanos, además de sentimientos tienen inteligencia y saben que esas fotos son solamente parte de una campaña de propaganda de estilo castrista. El último patinazo lo ha tenido el secretario de Estado de comunicación Fernando Moraleda. Ayer mismo declaró que Benedicto XVI viene a España respondiendo a una invitación del Gobierno de Zapatero. Pues no, una cosa es que por ser un Jefe de Estado, el Vaticano tenga que informar al Jefe del Estado que lo acoge y que formalmente se cursen invitaciones. Pero el Papa Benedicto XVI viene a España recogiendo la invitación que la Conferencia Episcopal hizo en su día a Juan Pablo II, en tiempo en los que el PSOE ni siquiera soñaba con gobernar España. En Navarra ha pasado algo parecido, el deseo de una foto en Javier con el Papa es tan grande en el Gobierno Foral, que ha llegado a desmentir al Arzobispado de Pamplona cuando éste ha informado que el Papa no vendrá a Javier. Y en estas cosas es más fiable lo que diga el Arzobispado sobre el Papa, que lo que diga el Gobierno de Navarra, por mucho que eso les enfade. Y si no, al tiempo. P.T.
