Hay gente en Pamplona que considera la oferta cultural de la ciudad más bien escasa. No creo que esto sea exacto. En nuestra ciudad tenemos buenas librerías, parece que se lee bastante, la vida editorial crece, disfrutamos de una programación musical en Baluarte y en el Teatro Gayarre variada y completada por lo que se organiza en otros espacios, exposiciones de calidad, galerías de arte, actividades en diversas instituciones como Civican, el planetario y sobre todo, dos universidades, una de ellas con prestigio internacional. Y aparentemente, tenemos demanda para todo. Lo que ocurre es que a veces hay un afán desmedido por consumir “cultura”…pero una cultura espectacular, vendible y en cierto modo, banal, que es lo que gusta. Esfuerzos como los realizados el pasado curso con La Edad de un Reyno no son siempre bien entendidos ni tan llamativos. Pero hay que animar al Gobierno de Navarra a que siga en esa línea de seriedad y de rigor al ofertarnos unas actividades del máximo interés, aunque no sean tan vendibles. Y dividir los esfuerzos en mil actividades menores no es siempre lo mejor. Al Gobierno le corresponde reforzar nuestra vida cultural y nuestro patrimonio de verdad, con actuaciones de calado, programadas no solo a corto, sino a medio y largo plazo, y no “vender” culturilla basura para ganar votos. Ahí están esperando una solución la Catedral y su entorno. No va a ser sencilla ni rápida. Pero esperemos que no se dejen morir buenos proyectos por falta de impulso o de medios para llevarlos a cabo.