El Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto de una nueva ley educativa que no es más de lo mismo, pero que carga con algunos lastres de la mediocridad en que el PSOE instauró la vida académica. La educación no recuperará el vigor perdido mientras las siglas “E.S.O.” continúen en el paisaje escolar. Como temía, el gobierno no se ha atrevido a cortar el mal de raíz. ¿Por qué no volver al BACHILLERATO de cuatro años? ¿Por qué no enseñar a que los jóvenes elijan sus opciones y se hagan responsables de sus elecciones? ¿Qué tenía de malo que a los catorce años alguien estudiara una FORMACIÓN PROFESIONAL?
Ni todos valemos para lo mismo ni todos queremos lo mismo.
La ESO ha sido un fracaso: ha devaluado la actividad intelectual y la manual. Este gobierno no se atreve a retirar del todo un modelo educativo que ha llenado libros y libros de palabrería sobre unidades didácticas, procedimientos, actitudes, contenidos mínimos, diversidad y mucha sigla, que se resumen en que el aprobado se consigue con menos esfuerzo y aprendiendo menos.
Lo más fácil es decir que toda medida que endurezca el sistema educativo es clasista, que segrega a los alumnos, que quita oportunidades… Demagogia que ya se está utilizando contra las tímidas medidas del gobierno. La realidad es que la peor parada ha sido la educación pública y que hoy, quien no tiene dinero para pagarse un centro privado, corre el riesgo de ser uno de los alumnos peor preparados de Europa. No estarán entre ellos, desde luego, los hijos de los ministros socialistas, que ahijaron a la E.S.O. Me temo que tampoco los hijos de los que forman el actual gabinete.
Estoy convencido de que si la sociedad se planteara en serio este extremo, apoyaría en masa una reforma que agrupara a aquellos alumnos que quieren estudiar de verdad a partir de los catorce años, como se hizo en la desaparecida E.G.B. Edad más que suficiente para tener una mínima formación que nos permita acceder a una preparación profesional o a la formación previa a la formación universitaria.
¿Podría ser este periódico un canal de peticiones para que vuelva el perdido sentido común a las aulas?
Un comentario
No es que el PP no se atreva a cortar el mal de raíz, es que es tan malo como el PSOE. A parte de lo que se dice en este artículo, sigue la ideología de Educación para la Ciudadanía aunque sea de modo transversal, quita horas de Religión en Bachillerato y en Educación Infantil.
Lo que pasa es que como Rubalcaba y compañía lo acusan de hacer lo que le dictan los obispos, muchos se echan en sus brazos como si fuera la salvación. Con la inestimable ayuda de 13TV y la Cope. ¡Así nos va!