Algunas de estas marcas a las que se les ha entregado el suelo patrio, en Navarra, están ya exprimiendo a nuestros hijos hasta la inanición. Hay, mas de una, gran tienda, que si llega a los oídos de la dirección que entre los empleados hay algún afiliado a UGT o a CCOO, iniciaran una campaña mediática y de presiones, entre sus compañeros y jefes superiores, hasta conseguir que se marche de la empresa.
Tanto es esto así, que muchas de ellas no disponen ni de enlaces sindicales –no hay voluntarios para representar a los trabajadores. El que esto escribe tiene pruebas al respecto de más de una.
Se nota, desde luego, que los mendas son guiris, ¡claro! Pues llevan los asuntos laborales como entre un Gran Hermano y un cuartel.
Contratan a jóvenes por ser más manipulables a sus intereses y mas proclives a ser explotados –siempre a cambio de unas promesas de promoción que en la mayoría de los casos resultan falsas. Promesas estas que usan continuamente como medida de presión. Se puede dar el caso (y seda muy frecuentemente) que el jefecillo de sección –generalmente un estudiante- ejerza un dominio tal sobre sus gobernados que raya el sectarismo religioso mas extremista y ortodoxo; pues el abuso y la prepotencia esta a la orden del día.
Obligar a desarrollar determinados trabajos sin la debida prevención, es solo un ejemplo del sin fin de normativas, de cuestiones relativas a la seriedad en el desarrollo de las tareas – la seguridad lo es-, que estas empresas se saltan todos los días con total impunidad.
Los ojos y los oídos de la dirección de la empresa están continuamente expectantes hacia sus empleados; así como una camarilla de sicarios de la empresa que ejercen labores de inmorales chivatos. Todo, para que no se escape ni un pequeño atisbo de rebelión.
No firmar el titulo de carretillero –u cualquier otra especialización laboral ganada con esfuerzo de meses. Desoír, cuando no hay testigos, las peticiones de horas de salida para ir a un examen –petición hecha con la suficiente antelación. Obligar al agredido a unos cambios continuos, de horarios de trabajo, que desestabiliza su vida y acaba siendo una autentica tortura. Y un sin fin de mas amorales presiones que se llevan a cavo, por parte de los directivos y mandos intermedios de estas empresas, dentro de las instalaciones donde estos chicos nuestros desarrollan su labor de medias jornadas o jornadas completas –entre almacenes y salas de ventas. Presiones ahora recrudecidas por “la crisis económica” en un “Trágala” inmisericorde.
Todo por que contamos con una clase política (todos los partidos) dispuesta a colaborar en todo con estas empresas incluido el “Come-cocos” disciplinario y sectario que llaman “Cursos de formación para el futuro personal”.
Estas prebendas, casi feudatarias – ¿Carta Blanca franquista?-, concedidas a estos extranjeros a “sempiternos” son dadas por esta opulenta clase política con idearios absolutamente irrealistas. También por estos ayuntamientos –parasitarios de la ciudad de Pamplona y de sus gentes-, que siguen inmersos en la política del pelotazo y del todo vale con tal de salvar las cuentas (fruto de su imprevisión, su derroche y su incapacidad de gestión) y ayudados en todo por un alto funcionarizado derrochador (…A gastar el presupuesto, como sea) y poco operativo. Y, en fin, por una letanía de empresas constructoras, lobbys financieros, promotoras, bancos e inmobiliarias haciendo el agosto y repartiendo comisiones y corrupción. Al final lo pagan los hijos de Navarra que vivirán explotados bajo el yugo injusto y opresor de estos extranjeros. …¡Les regalamos la tierra para que nos vendan porquerías y, ellos, ponen a trabajar a nuestros hijos y los explotan! Por menos de esto rodaron cabezas en la antigüedad…
2 respuestas
Caray, qué revolucionario está hoy, Sr Amat.
Me uno a su cruzada contra la explotación en el trabajo, que no es exclusiva, ni mucho menos, de «extranjeros» sino que comparten con muchos nacidos en los bancales que la madre tierra navarra (autoktonos, hechos de la tierra).
Y es que el abuso del hombre contra el hombre, no es exclusivo de foráneos, ni de ricos. También se da en varios sentidos. A veces los trabajadores abusan del empresario, de la Seguridad Social. Lo hacen también los comeciantes con sus clientes, y los proveedores con sus distribuidores. El abuso campa por sus respetos (curiosísima expresión, por cierto).
Tratar de hacer objetivo a los extranjeros es un error Sr Amat. No se engañe.
PARTE VERDAD,PARTE EXAGERACION.