De esta manera, y por poner un ejemplo, el partido que gobierna en Navarra ha decidido cómo debe ser la financiación de La Rioja, en contra de los intereses de ésta última comunidad. Luego aparecerán las quejas y las ofensas cuando desde La Rioja, por seguir el mismo ejemplo, recurran una norma tributaria de Navarra que presuntamente les perjudique. Con la votación de hoy, UPN ha puesto en jaque la defensa de nuestro régimen foral, al que se le perderá el respeto en la misma medida en que UPN se ha arrogado la decisión de imponer el régimen de financiación de todas las demás comunidades autónomas españolas, una parte importante de las cuales no están conformes con el nuevo sistema.
Como añadido, debiéramos recordar que el propio consejero de Economía y Hacienda de Navarra dijo que el nuevo sistema, si acaso, era perjudicial para Navarra, porque generaba mayor déficit en el Estado, déficit que también repercute a la Comunidad Foral por un principio de unidad de espacio económico. Además, se ha comprobado que queda en nada ese bonito discurso de UPN de apelar a los consensos de los dos grandes partidos en las cuestiones de Estado. Está visto que cuando ese consenso no se produce, el sitio de UPN está incondicionalmente donde estén Zapatero y Blanco. El voto de UPN podría haber supuesto la devolución de la LOFCA y la obligación del Gobierno de volverla a negociar. Pero no. UPN ha preferido venderse por un plato de lentejas, concretamente por los 6 millones de euros en enmiendas para asociaciones culturales que ayer fueron negociadas con el PSOE. Nunca un asunto de tanta relevancia tuvo una contraprestación tan misérrima. Así se está escribiendo la historia de España.
UPN está destrozando unos principios y unos valores que son los que secularmente han servido para defender el régimen diferenciado de Navarra. No hay lealtad ni capacidad de participar responsablemente en el proyecto común. La persistencia constitucional del régimen foral de Navarra se ha podido mantener justamente gracias a la lealtad que se ha tenido al proyecto común de España. No es leal ser determinantes en la aprobación de una norma como la LOFCA que debe ser capaz de vertebrar el Estado, pero que ha nacido fruto de la mera necesidad de mantenimiento de Zapatero en el poder. No es leal con España desequilibrar la balanza en favor de unos contra otros. No es leal tomar una decisión guiada tan sólo por intereses tan lugareños. Lamentablemente, el modo de actuar de UPN va a comprometer la capacidad de defender la singularidad navarra de ahora en adelante.
Es hora ya de que Yolanda Barcina salga del limbo en el que vive y diga claramente si es corresponsable con la decisión que hoy ha representado el diputado del partido que preside. Es hora de que explique por qué se ha tomado una decisión dañina para España y que en nada beneficia a Navarra. Y es hora de que explique cómo cree ella que así se defiende Navarra y se fortalece España. Que lo diga, si Sanz se lo permite.
La diputada de Nafarroa Bai expresó el martes que pensaba apoyar la LOFCA por la identidad de objetivos políticos que tiene con ERC. Es decir, NaBai vota la LOFCA porque así se lo pide un partido independentista, lo cual es comprensible en el caso de formaciones con un mismo carácter nacionalista. La pregunta que muchos navarros se hacen es qué hace UPN dentro de ese mismo enjuague, qué se gana con ello, y sobre todo por qué prostituyen los votos que en 2008 se concedieron a la lista de la coalición UPN – PP, que es la que ha llevado a Carlos Salvador a su escaño. Los votantes navarros de esa candidatura deben saber que con su voto se está apoyando a Zapatero y a ERC a la vez, y en un hecho sin precedentes se ha debilitado la legitimidad de nuestro régimen diferenciado.