La Cruz Laureada del escudo de Navarra

Se está arrancando la Cruz Laureada de Navarra del escudo de piedra situado en el tímpano del palacio de Diputación –actual Gobierno de Navarra-, colocado en 1951, obra del famoso escultor Fructuoso Orduna.

El actual Gobierno del cuatripartito en Navarra quiere justificar su actuación ante el ciudadano de la calle mediante unos carteles colocados de forma muy cutre en el Paseo Sarasate. Lo que más siento es que los pamploneses se crean sus contenidos. Como es fácil mentir sobre la situación de la España de 1936, hoy nos preocupa mucho más el discurso oficial que se impone desde la política a los ciudadanos y los estudiantes –una nueva colonización ideológica-, que el hecho que piquen una laureada de piedra.

La Cruz Laureada del escudo de Navarra se concedió al valor heroico, físico y moral, que la generalidad de Navarra, liderada por su Diputación Foral, demostró en la configuración y avance del Frente de batalla abierto contra la inminente revolución comunista y estalinista, sus adláteres y el anarquismo, a la que se sumaron no pocos separatistas vascos a cambio de un estatuto de autonomía. Los nacionalistas de Álava y Navarra se sumaron a los sublevados, rechazando que los máximos jefes del PNV se fuesen con los comunistas. El quid de la cuestión era la persecución religiosa y la praxis de la revolución marxista a las puertas. A los veinte años de 1936, en 1956 los húngaros se sublevarán –sin éxito- contra el comunismo.

Afirmar que en la IIª República se vivía en “democracia” es un timo cualquiera. También lo es decir que la Laureada legitime la violencia como herramienta para defender ideas.

La Cruz Laureada de San Fernando fue una recompensa militar, el más alto galardón, el símbolo más destacado del valor y del sacrificio heroico, y no a lo que dice la Ley del 33/2013. Fue un recuerdo a las gestas heroicas de Navarra y un homenaje a las virtudes de los navarros, y no a los errores ni a la represión. No reconocer el coraje de los navarros es tan absurdo como renegar del Fuero. Para Machado “se heredan y se ganan elegancia y blasón”.

El escudo Laureado de Navarra no fue ni es un símbolo de lo que erróneamente llaman franquismo. Además, ¿no quedaron los carlistas marginados del régimen político impuesto aunque participasen en la Laureada con el mayor número de aportación civil, militar y fallecidos? ¿No fue el llamado franquismo una realidad posterior a la Laureada? Lo del “franquismo” es una penosa excusa; quizás sea porque no pueden quitar los pantanos franquistas, algunos han boicoteado constantemente el pantano de Itoiz en contra de la prosperidad del viejo Reino.

En 1981, “el desprecio de la Historia y un cobarde silencio llevaron a la aprobación de la “Norma” y la Laureada desapareció de los escudos de Navarra. No se había mencionado siquiera, pero desapareció. El acuerdo de los socialistas y nacionalistas separatistas pretendía eliminar la Cruz Laureada, pero la pretensión se enmascaró como “una renuncia al derecho de ostentarla”. El silencio cobarde disfrazó con hipocresía la verdad de los hechos” (Nagore, 1997). Fue así por un solo voto en la Junta de portavoces. Después, el Dictamen de la Comisión Permanente del Consejo de Estado del 4-XI-1982, hecho suyo por el ministro de Defensa de entonces el socialista Don Narciso Serra –¿es que no era demócrata?-, concluía que Navarra seguía manteniendo la Cruz Laureada, a la que no se renunció, de manera que todas las instituciones navarras tenían derecho a usar “voluntariamente” la alta distinción militar que premia el valor heroico. “El utilizarla y usarla no será obligatorio –concluye Nagore-, pero es un derecho de todos”.

En adelante, el proceso de desintegración de la partitocracia, agravada por los recientes y horribles acuerdos con ETA –cada día sobrecoge escuchar posicionamientos etarras en las instituciones-, ha sido paralelo a la demonización partidista de la Laureada y de nuestros padres que la merecieron. Pero ¿qué se han creído? Esto no lo podemos consentir por sí mismo, ni por los errores que conlleva, ni por el mal que produce, ni por el futuro que se anuncia y que día a día se está haciendo realidad.

Con las justificaciones del actual Gobierno cuatripartito para retirar dicha Laureada, se ha actualizado el carácter revanchista que en 1981 mostraron los dirigentes del PSOE, HB, PNV y “Amayur”, que querían ver en la Laureada la derrota del marxismo y del separatismo, así la españolidad de Navarra.

¿Es que hasta las leyes 24/2003 y 33/2013 no ha existido democracia? ¿Arrancarán los escudos de las nobilísimas Vizcaya y Guipúzcoa, sabiendo que en ellas no pocos que apoyaban la república revolucionaria asesinaron a innumerables vizcaínos, guipuzcoanos, navarros etc. durante el Gobierno del nacionalista Sr. Aguirre? No se acuerdan de Beunza –torturado antes de ser asesinado-, ni de Pradera ni de un larguísimo etcétera.

Lógicamente el acto talibanesco de arrancar la laureada de piedra –la verdadera es espiritual- ha tenido sus precedentes. En 1981 se escondió la Laureada, en 1986 se retiraban los cuadros de Carlos VII y Doña Margarita de salón del Trono para ponerlos en el pasillo, se fue golpeando mientras se arrancaba o tapaba la heráldica, se han creado otros monumentos bien señalados, hoy el sr. Asirón retira del Ayuntamiento diez cuadros de nuestros reyes y el escudo de la monarquía tallado hacia 1735… para acabar los tales –contentos y felices- picando laureadas de piedra y demoliendo edificios. Y todo utilizando al franquismo, la democracia etc. como tópicos rentabilizados ideológica y políticamente en un grado único en la historia de España.

Esto y el talibanismo contra el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, su bendita Cripta y los restos mortales que ahí descansan, es parte de un Proyecto amplio de acoso sobre Navarra. Gestos, hechos y propósitos van ingresando en la antología de la estulticia y la barbarie. Quienes nos sucedan se avergonzarán cuando sepan la verdad. Y lamentarán que un pueblo tan peculiar, noble y milenario como el de Navarra haya sido tan machacado.

Conocer la historia forma parte de la memoria de los pueblos, sin que por ello cada pueblo tenga que estar constantemente reviviendo aquella, y menos de una forma desequilibrada y enfermiza, es decir, cayendo en el presentismo, descontextualizándola, y manipulándola ideológicamente. Tal memoria ideologizada y como herramienta del presente, pretende cambiar insensiblemente la conciencia de nuestro pasado. No creo que nadie se ofenda porque en el tímpano del palacio de Navarra que mira a la avenida Carlos III haya una matrona con la corona mural de la República.

Es paradójico que el programa de la retirada del escudo de Navarra lo ejecute la llamada dirección General de Paz, Convivencia y Derecho. ¿Les decimos cuántas veces los socios EH Bildu del Gobierno de Uxue Barkos no han querido condenar el terrorismo, a los terroristas y los métodos terroristas de ETA etc.? ¿Es esto y otras muchas cosas que hace el Gobierno de Barkos, una posición ética y democrática? No quisiera creer que los navarros estemos tan aborregados, pues reconocemos que hay sistemas políticos que paralizan la sociedad, secuestran su voluntad, y no son lo representativos que dicen ser. Sobre todo cuando ha existido una clara voluntad de hacer ingresar al entorno de ETA en las instituciones, ¡que encima quiere dar lecciones de democracia y anticorrupción! En Navarra, los males suelen estar muy arriba, en élites corrompidas, más que en el pueblo.

Se puso la corona mural en el escudo de Navarra el 8-VI-1931 y el 18-III-1937 se restableció la corona real hasta hoy, de modo que –tranquilos- ya repondremos la Laureada al valor heroico.

José Fermín Garralda

Presidente de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

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CLAVES EN OPINIÓN

6 respuestas

  1. Magnifica explicación Sr. Garralda, hecho que se lo agradezco, porque si me tengo que tragar lo que dicen los carteles del Palacio de Navarra. Menos mal que conozco la historia y a mí no me la cuelan. Lo que más me llama la atención es la justificación de arrasar con todo que tienen en el actual gobierno de Navarra. Nunca se tenía que haber escondido del escudo en 1981

  2. ¿Por qué nos obligan a renunciar a la Laureada de San Fernando a los navarros sucesores de quienes la consiguieron en justa lid y no renuncian a los beneficios de la amnistía de que se beneficiaron sus padres por los crímenes cometidos durante la guerra y, antes, durante la República?
    Bien vale el dicho castellano: a moro muerto gran lanzada. Y luego lo cuentan con gran satisfacción, como si hubiesen conseguido dar vuelta a la Historia picando laureles. ¡Qué infelices! ¡Qué ridículos!

  3. Si, José Fermín. Lucharemos. No podemos quedarnos tan tranquilos mientras se pisotea a Navarra y a nuestros mayores, que lucharon por ella. Mientras nos dejen. Y cuando no nos dejen….mas. ¡Con Navarra han topado!

  4. Nada me extraña. Es más si pudieran las cadenas del escudo pues a lo mejor peligrarían porque fueron obtenidas en una batalla contra el africano almohade. A lo mejor dirían que lo fue en una cruzada ,símbolo del militarismo combatiente del cristianismo intolerante contra los almohades pacificos que se vieron constreñidos a proclamar la yijad y cortarle el cuello o forzar al éxodo a cristianos,judíos y aún dirigentes musulmanes andalusíes por tratos con los infieles. Claro nada hablan cuando los castellanos a cuya vanguardia se hallaba el vizcaíno Lope de Haro en Alarcos cayeron a millares . O cuando muchisimos años antes en Sagrajas las cabezas amontonadas de los cristianos servían de torre para llamar a la oración por los almuédanos
    Encima cargarse una Laureada nada menos que de San Fernando, creador de los reinos de Andalucía o Frontera (Jaén,Córdoba y Sevilla ).
    En Valladolid sed han negado a quitarla del escudo.

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