Los avances tecnológicos, igual que los científicos, tienen dos tipos de finalidades cuya dicotomía, en función de distintas perspectivas (moralidad generalmente), es positiva o negativa.
Dentro de esos avances está todo aquello que brinda y caracteriza como marco diverso a Internet. Podríamos hablar sobre el trato medioambiental o la productividad, pero en este caso, discutiremos sobre sus aplicaciones a la hora de desafiar el intervencionismo al que no pocos de los Estados actuales han ido tendiendo.
Para comenzar, recordemos que Internet pone a disposición de los 7’4 millardos de personas que habitamos la Tierra una ingente cantidad de oportunidades, recursos y servicios, habiendo eliminado completamente barreras geográficas cualesquiera.
Pero al mismo tiempo, sabemos que se entiende por descentralización la delegación de competencias de un ente central sobre unidades de orden inferior (en política, de hecho, nos consta que su correcta adecuación debe responder al principio de subsidiariedad).
Dicho esto, habiendo entendido que tanto Internet como una descentralización bien entendida causan el acercamiento a algo, positivo por cierto, podemos desarrollar una serie de “utilidades” que den lugar a un “desempoderamiento” de la clase política, cosa que pensamos en Navarra Confidencial.
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PRIVACIDAD Y PREVENCIÓN DEL ESPIONAJE GUBERNAMENTAL
Casi todos los gobiernos, a través de sus unidades de inteligencia, desarrollan varias labores de espionaje sobre los ciudadanos, que no necesariamente es ni para perseguir a la disidencia (como ocurre en las tiranías) ni en conformidad con la máxima “sin seguridad no hay libertad”.
Ahora bien, el internauta puede navegar por la red sin comprometer su privacidad, teniendo para ello, en principio, dos opciones: la primera son las redes privadas virtuales o redes VPN, que ocultan su dirección IP, mientras que la segunda es el uso de sistemas operativos que cooperan con la “deep web” como Tails.
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PROBLEMAS PARA EL “GRAN HERMANO” ECONÓMICO FISCAL
Todo burócrata partidario de intervenir considerablemente, por medio de herramientas estatales, en la economía, no solo busca controlar cualquier transacción económica sino que, en los últimos años ha visto un serio problema amenazante en las criptodivisas como Bitcoin, Hayek y Ethereum.
Todos esos medios de cambio, independientemente del factor de respaldo, tienen una esencia de descentralización. Esto es una característica técnica del sistema blockchain, en el que desde una amplia red peer-to-peer (P2P) en la que participan muchos usuarios deslocalizados se hace funcionar.
Tenemos así medios de cambio que si bien ya funcionan, deberían comenzar a ser una de tantas opciones a la vez sustitutivas del dinero fiduciario de los bancos centrales. Los valores dependerán por ente del mercado y la espontaneidad, y la economía sumergida será más fácil de desarrollar.
En relación a este último fenómeno, lo que debe preocupar es que haya voraces fiscalidades que la promuevan y que el Estado tenga que controlar y gravar por la mayoría de posesiones y transacciones económicas que los ciudadanos realizamos durante nuestro día a día (aunque, en sí, en realidad, los impuestos son un robo).
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MENOR CONTROL POLÍTICO DE LO RELATIVO AL CONOCIMIENTO
Gracias a Internet, el e-learning, ofertado en bastantes casos por agentes privados, está teniendo una mayor oferta y demanda, aparte de la ingente cantidad de recursos académicos, culturales, didácticos y enciclopédicos online que uno puede encontrar gracias a iniciativas propias, ya sean individuales o colaborativas (los wiki por ejemplo).
Esto facilita también el homeschooling y el buen desarrollo de la necesidad de la libertad de enseñanza, gracias a empresas y a actores desinteresados individuales o grupal-cooperativos. Asimismo, es más fácil desafiar el adoctrinamiento y la ingeniería social de esos centros promovidos por los estatistas o sus maniobras de radiotelevisión.
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FIN DEL PROTECCIONISMO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL
Si bien cuestiones como la libre elección de divisa o medio de cambio son más factibles gracias a las nuevas tecnologías, hay que decir que a razón de un mayor acceso al conocimiento, ya sea en cuanto a creaciones audiovisuales como bibliográficas y de software, por poner ejemplos, las patentes tienen los días contados.
Ni a conferir el monopolio sobre la creación y mantenimiento de un bien a un fabricante ni a dar contraprestación “por deseo político” a autores de contenido audiovisual o bibliográfico hay derecho. Basta con licencias de conocimiento libre y compartido, no impuestas “desde arriba”, como las de Creative Commons.
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¿DESVINCULARNOS DEL ESTADO?
Esto último, si bien se va a quedar como mera disertación teórica, no se va a omitir. Un individuo podría tener derecho a no pertenecer a una entidad política que no le resulta interesante ni satisfactoria. De ahí el concepto de la secesión individual, de la autodeterminación entendida como desvinculación de un Estado.
El caso es que de considerarse esta fase culminante del derecho a la autodeterminación individual, gracias a la diversidad de contenidos web, un ciudadano podría adscribirse con facilidades al no existir barreras geográficas en Internet a una comunidad con unos requisitos y normas aunque fuera “a diez mil kilómetros”.
Una vez abordado todo esto, hay que decir que esto es cuestión de reconocer otra ventaja más de Internet, igual que no niego que de no ser por ello, no habría aprendido a programar aplicaciones de manera autodidacta, hace ya mucho más de un lustro.