A tenor sin embargo de algunas declaraciones, como las emitidas por ejemplo por Patxi Zabaleta, cabe no obstante albergar algunas dudas.
Por ejemplo, Nafarroa Bai se negó a suscribir el apoyo unitario de los partidos democráticos condenando el último asesinato de ETA. La razón era el apoyo que se expresaba en la declaración de condena a la labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
Quizá sea por eso, qué paradoja, que cuando esas fuerzas y cuerpos de seguridad (en este caso de Francia y de España) detienen a cuatro torturadores, Patxi Zabaleta no puede alegrarse de la detención. No puede alegrarse de que se detenga a cuatro torturadores porque entonces no se explicaría que el otro día se negara a reconocer la labor de la policía. No puede alegrarse hoy sí y ayer no del trabajo de la policía, no tendría sentido.
Claro que menos sentido tiene aún que, la reflexión de Zabaleta sobre los torturadores detenidos, sea que reciban el tratamiento "legalmente previsto y respetuoso con sus derechos”. Pues claro, faltaría más que se torturara a los torturadores o se sodomizara a los pedófilos. En este país, ni siquiera matamos a los asesinos. Por no tener, no tenemos ni cadena perpetua.
La coletilla, sumada a la negativa del otro día, demuestra sin embargo una vez más que Nafarroa Bai no tiene claro quiénes son los sistemáticamente torturadores y quiénes los sistemáticamente torturados, y que los torturadores son los detenidos.
Un respeto para los torturadores, oiga, que los torturadores conviven con nosotros, a nuestro lado. Y es que el torturador podría ser tu compañero de despacho o el novio de tu hija. Hay que cuidarlos.