Este año, según cuentan, la Asociación de Belenistas no podrá utilizar los bajos de la Parroquia Cristo Rey para exponer sus belenes. No ha habido un acuerdo entre las partes (Iglesia, Ayuntamiento y belenistas) y no hay dinero para hacer las obras que cumplan la normativa. Un amigo socio me habla del laicismo, indignado. Le consuelo con que la Iglesia lleva dos mil años sobre la tierra. Por eso tiene tantos bienes materiales: ahí les jode a los progres, que llevan dos días sobre el planeta. Pero, para que vean, la Iglesia no tiene siempre todo el dinero disponible, y este año no habrá belenes.
A mí, más que el laicismo, me preocupa el intervencionismo. Lo mismo que les ha ocurrido a los belenistas le pasó a Olga María Ramos, la famosa cupletista. Tenía un local secular en el Madrid más castizo donde aún se escuchaban cuplés. Maduró la democracia y lo tuvieron que cerrar porque no cumplía la normativa. Estamos en una sociedad tonta que hace puertas de incendios y carriles para todo, menos para abortar, por ejemplo.
Ahora todo es cumplir la normativa. Va usted a rehabilitar su manzana y si tira media manzana y unifica cables, ventanas, jaulas de canarios y vecinos, recibirá una subvención para gastarse los ahorros de una vida. Si quieres irte de pinche de cocina a un campamento, la normativa te obliga a sacarte el carnet de manipulador de alimentos, no vaya a ser que a alguien se le ocurra pelar patatas con la minga.
Los bajos de Cristo Rey tampoco tienen salida de incendios, y en lugar de cambiar la instalación de luz o de poner más extintores, qué sé yo, o de limitar el aforo de visitantes, cierran el local, no vaya a ser que se formen tapones, como en la entrada de la Plaza de Toros. O que muera alguien en colisión, como en las carreteras. En fin, que los belenistas, durante estos veinticinco años han puesto en peligro la integridad física de los ciudadanos y ciudadanas que entraban a conocer antiguas tradiciones cristianas.
El Estado ahora enseña todo: lo bueno, lo malo, lo prudente y lo progresista. ¿Somos españoles? Hay que subvencionar el cine español, aunque nadie vaya a verlo. ¿Somos plurilingüísticos? Hay que prohibir el español en Cataluña. ¿Somos tontos? Hay que hacer la L.O.E. En este plan de llegar a todos, no veo por qué no se crea un carril de circulación para silletas de bebé. O por qué no echan un suelo de cemento en todas las playas, no vaya a ser que no hagas pie. O por qué no obligan a ponernos un casco en los supermercados, no sea que se nos caigan las latas de alcachofas de los estantes de arriba.
Eso sí, las televisiones tienen unos permisos de puta madre para expender basura a mansalva. Y tenemos los peores resultados educativos de Europa. Perdone el lector: no suelo utilizar tantas palabrotas. Dios me perdonará, nos perdonará a todos, como lo lleva haciendo dos mil años y, probablemente, desde antes. Pero este año seguirá sin tener sitio en la posada, y no porque estuviera llena, sino porque no tenía escalera de incendios.
6 respuestas
Pues a mi me parece que las vías para abortar son varias y amplias ¿no?,osea que eso de que la «sociedad» no facilita el aborto…no sé dónde!.De todas formas comparar el carril bici,con las facilidades para abortar,me parece una falta de respeto a muchos niños,madres y padres.Sobre las palabrotas,pues nada,hace honor a lo que usted proclama en su artículo,que España anda en cabeza en fracaso escolar y resultados educativos,y esa manera soez de hablar es un dato más para corroborarlo…Y si para usted decir palabrotas es pecado y necesita que Dios le perdone…muy cara se paga la salvación!.
…Y por cierto,si el arzobispado ha sufragado(con los fieles por supuesto),la estatua de Juan Pablo II,¿no podría hacer lo mismo con los belenistas?,además,estoy segura que los belenes son mucho más populares y gozan de más aceptación de todo el mundo que la colocación de la controvertida estatua(por supuesto con todos mis respetos hacia el Papa).
Genial el discurso.. qué ironia más fina.
Estamos en manos de los técnicos de la administración… Y el técnico/funcionario, líbranos, Señor.
Oigan, pero NO cierran la Plaza de Toros, que tampoco cumple la normativa
Buenos días: Gracias por los comentarios. Me hace ilusión saber que hay quien no sólo lee sino que el texto incita a dar una opinión. Pero debo pedir disculpas porque me confundí, realmente, y escribí lo que no quería escribir sobre el aborto. Por el contexto y por otros escritos en este mismo periódico creo que se entiende que no estoy a favor del aborto, pero por si acaso lo aclaro: en mi artículo quería decir que al igual que se facilitan tantas cosas o hay tanta preocupación por temas políticamente correctos, no se protege al individuo en su periodo de gestación. Lo expresé mal. Me dirjo especialmente ahora a Morticia (vid. supra): Yo creo que otros lectores lo entendieron bien, a pesar de la incorrección en la literalidad; así que precisamente porque respeto a madres, hijos, etc., en el tono pretendidamente desenfadado y humorístico (giro perezrevertista , señala un amable lector), digo que al igual que se pone mucho interés en que vayamos en bicicleta se pone muy poco en que una mujer no aborte. Estas cosas las digo, con peor o mejor fortuna, porque a mí, al menos, me parece no sólo una tragedia, sino un ejercicio que siempre va en contra de quien incluso lo justifica y ejercita sin remordimiento. Peor o mejor fortuna: el pasado artículo me quedó un poco churro. Todos tenemos días mejores y peores. Por eso a Morticia le querría sugerir una reflexión. Una cosa es que yo utilice palabrotas en un artículo, con mejor o peor fortuna. Grandes escritores las han utilizado muy bien utilizadas: expresiones groseras aparecen en el Quijote. Uno, que no se cree estar a la altura, intenta hacer un escrito un poco distinto y admito que en este caso alguna expresión podría sobrar. Este es el asunto. Pero lo que es objetivo es que no fracasé escolarmente: saqué la antigua E.G.B., aquella en la que estudiábamos la oración compuesta con sólo 13 años (ahora no se estudia ni con 15). Pasé por la Universidad, y no es que terminara con premio fin de carrera, pero no me fue mal. Vamos, que no pretendo justificar mi currículum, sino disntiguir entre escribir un artículo más o menos afortunado, ser un grosero o ser un fracasado escolar. Es más: es que los índices de fracaso escolar no me incluyen, lo aseguro, me salgo del campo de investigación. Saludos.
Sr Horno,aunque me trate de tonta,(que lo acepto con toda humildad),le entendí perfectamente,es más,sé que está es total desacuerdo con el aborto porque le vengo leyendo y me doy perfecta cuenta de su clarísima inclinación moral,religiosa e ideológica,osea que lo entendí,solo que la comparación me pareció impropia,nada más.2ºEl que ha pedido «perdón» a los lectores por sus palabrotas es usted,osea que si lo ha hecho es porque cree que no ha estado acertado ¿no?(uno siempre es esclavo de sus palabras,decirlas para después pedir perdón es una inutilidad),pues entonces acepte la crítica sobre lo que usted ya ha catalogado de desatino(que yo sepa,don Miguel de Cervantes Saavedra nunca pidió perdón por su jerga,y tiene razón,no está a su altura).Y por último,usted ha mencionado el fracaso escolar de nuestro país,solo he corroborado su alusión y he apuntado una señal de tan penoso resultado académico,el desconocimiento y la abrupta utilización de nuestro gran idioma,el español.Y ya puestos le diré que mi paso por los colegios y por la Universidad también fue excelentes,osea,que a pesar de lo que algunos de esta «ventana» creen,he sido una gran estudiante y actualmente una gran profesional…cosas!!!.
Ordeno y mando.!Qué ya somos mayores sra.Irene!.Me temo que no ha leído mucho a Pérez Reverte.