Desde hace muchos años la socialdemocracia tiene dificultades, apenas marca diferencias en lo económico con el centroderecha, comparten el capitalismo popular, el estado del bienestar. Con el republicanismo cívico, ZP se apunto a transformar la moral, las ideas de la ciudadanía, apoyándose en los lobbys de minorías radicalizadas: sesgada política de genero, apoyo incondicional al aborto, gay, lesbianas, etc, así difícilmente se consolidan mayorías sociales. No atajaron los desahucios más lacerantes, incluso indultaron a banqueros, tampoco limitaron sueldos a banqueros ayudados, no quitó ni coches oficiales, ni otras numerosas prebendas a la casta política. Agravo la crisis, al aumentar desproporcionadamente gastos útiles, creando otros muchos gastos que no los podíamos pagar. Fue sectario con sus filias y sus fobias, en las ayudas al desarrollo.
Desde González vienen fomentando un exagerado culto hacía sus líderes, mimetizado en toda la organización. Al centrar las campañas en una sola persona, el líder termina por acaparar demasiado poder, con efectos perniciosos para la libertad de pensamiento, restringiendo la libertad de expresión. El culto al jefe lleva a la inevitable aparición de su camarilla -listas cerradas y bloqueadas- y en ese ambiente es muy difícil la lucha contra la corrupción de los allegados, pues todo se ve en clave de poder interno, y “no hay que dar bazas” al enemigo externo. (sic)
El monumental descalabro electoral del 2011, lo enmascararon en Andalucía y Asturias, pero no fue posible ni en Euskadi ni en Galicia, confirmándolo ahora en Cataluña. El PSOE se enfrenta a varios dilemas: cambiar de Ideas o de Personas, o de ambas. Radicalizarse, o dar mayor apoyo al Gobierno. Qué le ocurrirá si en 10 meses el desastre económico amaina -por el adelgazamiento de las administraciones públicas-, si se deja de perderse tanto empleo, y las duras medidas del Gobierno Rajoy empiezan a funcionar: apareciendo el crédito para las pymes, reduciéndose poco a poco el paro. Donde se posicionará ante las fuertes ofensivas independentistas. Si no rectifican, se quedaran con IU colgados de la brocha, con políticas de vocación minoritarias. Si continúan sin hacer la menor autocrítica, aumentarán las posibilidades de una debacle, al estilo UCD.
El contexto les es muy adverso, existe un fuerte hartazgo, un gran rechazo ciudadano hacia los partidos en general. Muchos desconfían de ellos. Cambiar la memoria de electores y militantes (tienen 25.000 menos) no es fácil, en medio de una crisis que deberían haber gestionado mejor. Deberán los militantes, dejar de pensar en su carrera política/profesional particular ¿en el lugar de la lista donde les colocarán?. Son muy pocos los puestos para repartirse, y no podrán eludir un largo peregrinar fuera del poder, donde hace mucho frío. Les costará al menos dos legislaturas para que, acertando en el camino elegido, puedan poco a poco armar su cuerpo electoral, con confianza recobrada, necesitan hacer creíble una nueva manera de hacer política, necesariamente con gente nueva.
Deberían empezar por pedir perdón por tanto desaguisado, pedir perdón por fortalecer los nacionalistas periféricos, por conferirles carné de “progresistas” en su obsesión por aislar al PP. En un tiempo esta cuartada funcionó pero hoy, ya no. Tampoco funciona como antes, el argumentario del “voto útil” para laminar a los de su izquierda, hoy muchos han experimentado que no ha sido tan útil votar al PSOE.
España necesita una izquierda española fuerte, que sea la alternativa democrática de la derecha, pero hoy el PSOE no tiene norte claro, parece que camina hacia convertirse en un partido periférico. Sino evita la debacle, otros ocuparan el espacio político vacío. Nunca deberían renunciar en su visión, a la búsqueda de medidas que, según ellos, procuren una mayor igualdad y justicia social, para la ciudadanía.
El PSOE, para recobrar la credibilidad pérdida deberá, en todos los lugares de España, utilizar un mismo discurso. Necesitan cambios profundos, estratégicos. Necesitan nueva gente. Y desde luego necesitan tiempo, para cambiar las cosas.
Un comentario
Hasta Felipe.Glez se da cta, ; el PSOE ha perdido su vocación mayoritaria. Sólo aspira a dirigir.una serie de.minorías antidemocráticas y faltonas.
Sólo UPyD y el PP tienen vocación de.mayoría para todos los.españoles, y sin excluir a los perdedores.