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Parece que el nuevo gobierno de España, presidido por el señor Rajoy, esta reabriendo el tema de Gibraltar; planteando, nuevamente los derechos soberanistas de España en este pequeño territorio. Como la cosa es ya tan vieja, no es de extrañar que suene a cañí –como a película de Berlanga- en algunos medios informativos y propagandísticos de nuestra nación: “Gibraltar tan español, como los toros y el Tío Pepe”
Pero, por desgracia, la traducción de lo que pasa en Gibraltar no es tan simple. Para mí, el llamado Peñón de Gibraltar, no deja de ser una pelada roca sin ningún aprovechamiento real que le saque de “mal pasto para cabras”, o el que ahora ejerce –mucho mas rentable- como parasito aprovechado de a una gran nación como es España.
Porque, convendrán conmigo, pacientes lectores, que es España es la causa primera y ultima de la existencia de esa pequeña “colonia”. Una comunidad con pocos más habitantes que el municipio Navarro de Barañain y con una densidad de empresas mayor que Madrid.
Es imposible el saber con cierta exactitud el número de empresas que operan desde Gibraltar. Seguramente si se levantase el velo de la confidencialidad –es imposible, porque no hay plano para este tesoro- nos llevaríamos todos una gran sorpresa, viendo los nombres de muchos señalados y afamados ciudadanos españoles, entre las listas de grandes evasionistas de recursos y de capital español.
Además, las empresas de Gibraltar están entre las más rentables del mundo, en cuanto a rendimiento por trabajador; pues son capaces de operar millones de divisas sin apenas personal. Hay despachos de abogados en Gibraltar, con no más de sesenta metros cuadrados y cinco personas, que son sede de más empresas que Landaben entero y generan mayores recursos que Los Altos Hornos, en sus buenos tiempos.
Pero eso no es todo, porque Gibraltar no solo es una cueva de piratas fiscales; si no que es, además, una base naval militar de la corona inglesa que les reporta pingues beneficios, como el de ser el banco de multitud de Españoles – ¡menudo chollo!
Otras cosas tiene Gibraltar en las que no ahondare;…hay quien dice que hay mas camellos en Gibraltar que monos.
Gibraltar es un parasito descarado de España y los recursos de los gibraltareños pasan por pescar billetes de quinientos euros y ejercer labores de limpieza al oscuro capital español y europeo. Esa es la realidad. Pero, ¿Quien le clavara el diente a semejante hueso…? Y menos con la ayuda que prestan ciertas populacheras publicaciones españolas, para quienes Gibraltar es, solo, causa de mofa y pandereta.
10 respuestas
El primer ministro David Cameron apoya ahora la «autodeterminación» de los gibraltareños en contra de las resoluciones de Naciones Unidas y de lo previsto en el Artículo X del Tratado de UItrecht. Históricamente, la diplomacia española ha estado variando constantemente su postura. Mientras que G.B. ha sido constante en su política. Ahora estarán diciendo en Londres: «quietos, como cuando cerraron y luego abrieron la verja, volverán a cambiar». España debe ahora ofrecer crear la 18 autonomía (Gibraltar) negociando un estatuto propio de esa nueva autonomía. Y si G.B. no quisiera esa negociación, España debe denunciar el Tratado de Utrecht por tratarse de un tratado «unequal and unfair» (desigual) como hicieron los Chinos con Hong Kong. En la Guerra de Sucesión al trono de España – entablada entre Gran Bretaña y Francia – España fue solamente el «objeto de deseo» para rapartirse entre todos su Imperio. Utrecht fue «impuesto» por Luis XIV a su nieto Felipe V de España para satisfacer a los ingleses a costa de la territorialidad de España y conseguir así que G.B. aceptara a un Borbón en el trono de España.
http://www.facebook.com/pages/Gibraltar-busca-una-soluci%C3%B3n/191746450922187?sk=wall
http://www.lebrelblanco.com/anexos/Gibraltar.htm
http://www.lebrelblanco.com/anexos/Gibraltar2.htm
El Ministro Principal de Gibraltar Fabián Picardo «descubre» una nueva fórmula del Derecho Internacional: «La Corona Británica detenta la soberanía sobre Gibraltar EN NOMBRE del pueblo de Gibraltar». Es realmente una nueva fórmula del salto de rana.
Los británicos se escudan detrás de la «voluntad» de los gibraltareños que dicen desear seguir perteneciendo como colonia al Imperio Británico. Pero esto no es así. Los antiguos pobladores del Peñón, los que habían prestado vasallaje al pretendiente Felipe de Borbón, fueron expulsados del Peñón (excepto 41 de ellos de ellos que permanecieron, otorgando vasallaje al Archiduque Carlos) tras su toma por la fuerza en nombre del Archiduque Carlos, pretendiente al trono de España, no en nombre de la Reina Ana. La «voluntad» de esos nobles vasallos de Felipe de Borbón es imperecedera en derecho internacional.
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http://www.lebrelblanco.com/anexos/Gibraltar3.htm
España podría saber ya que por la diplomacia no iremos a ninguna parte con Gran Bretaña. Tal como hicieron con éxito los chinos en Hong Kong, España debe denunciar el Tratado de Utrecht por tratarse de un tratado «unequal and unfair» que cerró una guerra – la Guerra de Sucesión al trono de España – entablada básicamente entre Gran Bretaña y Francia. España fue solamente el «objeto de deseo» para rapartirse entre todos su Imperio. Utrecht fue «impuesto» por Luis XIV a su nieto Felipe V de España para satisfacer a los ingleses a costa de la territorialidad de España. Cuando el ejército indio penetró una noche en Goa expulsando a los portugueses en 1961 yo estaba en Londres. Portugal (viejo aliado) pidió inmediatamente la intervención de Gran Bretaña como líder de la Commonwealth. Los ingleses contestaron a Portugal: «After all, Goa is in India».
Muy bien analizado: Tratado de Utrecht, Guerra de Secesion, legitimidad Borbónica,…; pero en l actualidad nada sucederá sin el beneplacito de los gibraltareños; asi que que imaginen el resultado del referendum:
– Quiere seguir siendo ciudadano britanico?
o,
– Quiere adherirse a la gloriosa e inigualable historia imperial española, dejar de ser «llanitos», convertirse en españoles y poder disfrutar de una de las mayores dichas que se pueden dar en vida?
– Asi pues, tengan clara la respuesta y dejense de preocupar del tema. Alla donde exista libertad,…, lo tienen mal.
Karmelo hablar con lengua de serpiente. La opción es cumplir la ley, GB ha incumplido los términos del Tratado de Utrech.
Y la pregunta sería votada por los descendientes de los llanitos que viven en la línea. No por los habitantes de un cartel de drogas y blanqueo de dinero del que se benefician mientras miran a otro lado.
Karmelo no tiene en cuenta algunos hechos históricos:
«Los británicos se escudan detrás de la «voluntad» de los gibraltareños que dicen desear seguir perteneciendo como colonia al Imperio Británico. Pero esto no es así. Los antiguos pobladores del Peñón, los que habían prestado vasallaje al pretendiente Felipe de Borbón, fueron expulsados del Peñón (excepto 41 de ellos de ellos que permanecieron, otorgando vasallaje al Archiduque Carlos) tras su toma por la fuerza en nombre del Archiduque Carlos, pretendiente al trono de España, no en nombre de la Reina Ana. La «voluntad» de esos nobles vasallos de Felipe de Borbón es imperecedera en derecho internacional».
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La verdad que ese argumento de retrotraer el derecho de autodeterminacion a momentos concretos de la historia, en el que este pudiera presumirse a favor de una tesis concreta, parece un tanto curioso, que este avalado por el derecho internacional, parece aun mas curioso. Se imaginan a que tipo de debates y resultados podría llevarnos este tipo de argumentacion? Hay quien no acepta lo que una sociedad determinada puediera decidir libremente sobre su status actual y futuro; y vamos a aceptar lo que esa sociedad pudiera haber dicho en un momento concreto,prefijado a nuestro gusto, presumiendo su adhesion libre a una idea concreta y extrapolando el resultado a hoy en día? Kafkiano, pero a mi me gustaba mucho Kafka, como ejercicio mental.
El que ha visitado alguna vez Gibraltar, como yo lo hice hace años, seguro que se da cuenta que los llanitos auténticos tienen de británicos lo que yo «drag queen»… Son más de la Línea de la Concepción que el barrio de la Atunara.
Gibraltar está poblado por otros muchos comerciantes hindúes, árabes, chinos (¿¿dónde no hay chinos??) y militares auténticamente británicos. Esos son los que mandan, por la pasta gansa, y a esos no les interesa ser españoles (por mucho que nos duela y nos escueza el tratado de Utrech).
A todos los gibraltareños le une un «hecho diferencial»: la libra. Ellos están fuera del euro, y quieren seguir operando, mercadeando, pirateando, traficando, en su vergonzoso paraíso fiscal y policial. Y dudo que por mucho derecho internacional que invoque Rajoy esto vaya a cambiar.
Todo ello acompañado por las cosas típicas del Campo de Gibraltar: no deja de ser curioso ver cómo los linenses repostan gasolina en el Peñón y los llanitos compran en cualquier Mercadona de la Línea…
Karmelo, se le ve el plumero….y sí, se nota que tiene ud. mucha Kafka mental. Nazionalismo creo que se llama.
Luis XIV de Francia negoció el Tratado de Utrecht directamente
con la Reina de Gran Bretaña en nombre del Rey de España
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Gibraltar fue ocupada el 4 de agosto de 1704, durante la Guerra de Sucesión española, por una flota anglo-holandesa al mando del Almirante inglés Rooke, en nombre del Archiduque Carlos de Austria («Carlos III de España» para sus partidarios), representado por el Príncipe alemán Jorge de Hesse-Darmstadt.
El objetivo de la ocupación inglesa fue, entre otros, establecer una base militar para apoyar a su tráfico marítimo en el mar Mediterráneo.
La población y guarnición de Gibraltar, que había prestado juramento de fidelidad a Felipe V como Rey de España, tuvo que trasladarse a San Roque, cuyo Ayuntamiento sigue denominándose «Ayuntamiento de la Ciudad de Gibraltar en San Roque».
Proclamado Emperador de Austria el Archiduque Carlos en 1711, la Reina Ana de Gran Bretaña, temerosa de que un mismo Monarca ostentase las Coronas de Austria y España, orientó su política de alianzas hacia Francia. Tras sortear los intentos de los Países Bajos de compartir el territorio, pactó con el Rey de Francia Luis XIV el reconocimiento de su nieto Felipe como Rey de España y logró, mediante el Tratado de Utrecht de 13 de julio de 1713, que la Corona de España cediera Gibraltar (artículo X). Además, por el artículo XI, el Rey Católico cedió igualmente a S.M. Británica la isla de Menorca que, aunque perdida por los británicos por el Tratado de Versalles de 1783, sólo se recuperó definitivamente por España mediante el Tratado de Amiens de 1802.
Luis XIV no permitió el paso por territorio francés de los plenipotenciarios españoles que deseaban acudir a Utrecht y negoció el Tratado directamente con la Reina de Gran Bretaña en nombre del Rey de España. La imposición de dicho Tratado a España queda patente en el mensaje dirigido en 1712 por Luis XIV a la Reina Ana:
“It is with a great deal of trouble that the King has made the King of Spain
consent to give Gibraltar to the English”
(“Ha sido con una gran cantidad de problemas como el Rey
ha conseguido el consentimiento del Rey de España para ceder Gibraltar a los ingleses”)
En el Tratado de Utrecht, Felipe V utilizó – entre otros – el título histórico de Rey de Gibraltar que corresponde en derecho a los Monarcas españoles.
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fuente: “La cuestión de Gibraltar”, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Dirección General de Política Exterior para Europa y América del Norte, Oficina de Asuntos de Gibraltar, Madrid, enero 2008.