Sobre el tema del empleo de jóvenes en nuestro país se ve una tendencia clara, por parte de los sindicatos oficiales, de defensa, a ultranza, del afiliado sindical más antiguo –con trabajo y más adulto. Las presiones, pues, se encaminan mas hacia la perpetuación de los puestos actuales; que por la ayuda a la creación de otros nuevos. Hay que reconocer que en los últimos años han alardeado de esta política los sindicatos oficiales. Aunque, luego y según quien gobierne –izquierda o derecha-, hacen de su capa un sayo.
Hay que reconocer que las exigencias abusivas, a cambio de un misero sueldo, y los abusos hacia el trabajador han sido, muchas veces, desproporcionadas en el devenir de nuestra historia. Y,…casi todos, coincidimos en que las conquistas sociales ha habido que ganarlas con sudor, con muchas lágrimas y hasta con sangre. Ejemplos de injusticia anclada y perpetuada en el abuso los hay incontables en nuestra larga historia; aunque siempre se llevara la palma El Desposta a quien debemos más de un siglo de decadencia: nuestro odiado Fernando VII y sus 100.000 “San Luises”.
También hoy hay quien se niega a aceptar otros, mas actuales y modernos, cambios y, en su agonía -como aquel maldito rey de nuestra historia-, nos arrastra a todos hacia una era de estancamiento y de decadencia, bañada con la injusticia y la necesidad más deshonrosa. Estos sindicatos “independientes” todos sabemos que obedecen a una estructura social algo arcaica y de infame recuerdo; pues son más verticales que horizontales. Y, por lo tanto, alaban la mano del que les da de comer: el Gobierno de España.
Este carísimo producto de nuestros poderosos partidos de izquierdas (con sus 300.000 liberados -¿San Luises?), representa mas a los encumbrados, dentro del sindicato, que a los que están en situación forzosa de paro laboral –representan más, por lo tanto, a los viejos acomodados que a los jóvenes sin trabajo.
Es así como hemos conseguido tener un mercado laboral, en España, muy “sui géneris” donde gana mucho mas el viejo “machaca de llave inglesa”, que un joven licenciado, o un titulado – a quien le sale mejor poner copas en un bar, que ejercer su profesión, con titulación universitaria. O donde ante el drama de tener que despedir a alguien –muy común, por desgracia, últimamente-, sale mas barato despachar al titulado, que acaba de entrar –y que gana poco-, que al anclado absentista, improductivo -que lleva veinticinco años produciendo bajo mínimos y cobrando sobre máximos.
Así es como, bajo esta negativa perspectiva –solo pasa en España-, son muchos los bien preparados jóvenes, que una vez terminados sus estudios aquí salen fuera de nuestras fronteras en busca del sustento en un mundo que, sorprendentemente, si valora las titulaciones Españolas. Cosa que acreditan la buena preparación –teórica- de estos muchachos; adquirida en nuestras universidades.
Mientras aquí unos caducos ejecutivos y técnicos; con una -la mayoría de las veces- deficiente y muy obsoleta preparación, acaparan los puestos claves, con sus elevados sueldos, su sistema de enchufismo, sus manías corporativistas y sus políticas obstruccionistas.
Gastamos millones en la preparación profesional de nuestros jóvenes y luego los lanzamos al océano como si fuesen crías de tortuga marina; obligándoles a una forzosa diáspora. Mientras aquí retrasamos la edad de jubilación de nuestros “dinosaurios laborales” y nos proveemos de una legión de inmigrados, sin ninguna preparación. Y nadie: ni sindicatos, ni gobernantes, ni prensa oficial, se rasgan las vestiduras. Todo para seguir protegiendo a este “estatus quo” tan beneficioso para nuestros tecnócratas, políticos, profesionales de la libertad sindical y de la información.
Un comentario
Cuídese don Carlos de afirmar las verdades del barquero o el PSOE y los sindicatos le montarán una manifa, subcontratada al 15M, a las puertas de su casa para soltarle unas cuantas lindezas.