El PNV ha desaparecido, el PNV ya no existe. No me refiero a la precaria posición en Navarra donde el separatismo vasco acogido en capas sociales de clase media y acomodada que en Navarra se han integrado en Eusko Alkartasuna con planteamientos ideológicos radicales: no. Me refiero al fundamento ideológico, a los principios fundacionales del nacionalismo vizcaitarra, luego extendido a las provincias vascongadas y a Navarra a partir de su fundación en 1894 por Sabino Arana, cuyo lema ontológico e intrínseco se formuló como Jaungoikoa eta Legezarra. Sí: Dios y Leyes viejas
Pues bien, el PNV ha abandonado definitivamente al Dios cristiano y a las Viejas Leyes que son los Fueros vizcaínos, alaveses y guipuzcoanos.
El abandono a los principios religiosos de católicos a “macha martillo” los fue poco a poco, modulando junto al clero vasco de forma pragmática según conveniencia política. De este modo, cuanto más se acercaba el separatismo vasco a la religión, mas se abandonaba los bases cristianas, puesto en evidencia al estar mas cerca de comprender a los asesinos que de atender y consolar a las esposas hijos y padres de los asesinados y de rearmar a la sociedad contra la barbarie.
Y así, poco a poco, ha llegado el posicionamiento ante el aborto sobre el que el PNV ha cogido el rábano por las hojas, olvidando la destrucción sistemática de miles de embriones sanos y dando carta de naturaleza al asesinato de seres vivos. Se ha distraído, en primer lugar en tragar la trampa que le ha tendido el PSOE sobre la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, derecho no regulable, aunque sí perseguible; y en segundo lugar, el obviar el consentimiento paterno de las menores, para apoyar, por interés político, el dramático fondo de suprimir seres de la especie humana. Pírrica victoria, o sea plena derrota de los valores nacionalistas.
Pero también han abandonado las leyes viejas. El PNV en 1978 tuvo interés -Sr. Arzallus- de que en la Constitución, de manera expresa, desaparecieran los fueros de Álava Guipúzcoa y Vizcaya como lo dice la Disposición derogatoria 2 de la Constitución, porque con los fueros, o sea las leyes viejas que requieren lealtad a la unida constitucional, no podían crear el Estado Vasco independiente.
Así, de esta manera, el PNV ha desaparecido: ya no existe en su organización y principios, ni Dios ni las Leyes Viejas. Todo se ha acabado. Los nuevos dioses del separatismo vasco todos los conocemos y las nuevas leyes también.
Un comentario
Wishful thinking, que dicen sajones. Más quisiéramos… je,je.
En serio: cierto que el PNV ha desaparecido, engullido por la historia de la posthistoria.. por la voorágine postmoderna, que ya no cree en nada, ni religiones, ni en el hombre ni en utopías políticas, y tiene ante sí el vertiginoso proceso de consumo y destrucción masivo del entorno y los recursos. El hombre ensimismado en su poder tecnológico, se encuentra de pronto en la noche, chupando un palo, desnudo, sentado sobre una calabaza. Y no tiene a dónde dirigirse.