No pudo el Cuatripartito modificar la Ley del Vascuence (1986) -hoy palabra prohibida- y hacer oficial la lengua vasca en toda Navarra, por el desmarque de Izquierda Unida. A pesar de eso, todos los partidos de la oposición, sindicatos, empresarios y asociaciones varias, como se vio en la manifestación plural y numerosa del 2 de junio de 2018, reclamaron en todo momento “libre elección” y rechazaron siempre la “imposición”, que, a la chita callando, intentó en toda ocasión y en todo lugar el Gobierno de Barkos. Lo que los expertos han entendido como un intento de modificación encubierta de la ley.
Si las estadísticas sobre el uso de las lenguas, de que disponemos, todas ellas realizadas por el Gobierno vasco y navarro, y por lo tanto sospechosas, son ciertas, sólo un 6´7% de los navarros utilizan el euskera de modo cotidiano. Y en Pamplona solamente el 2´9%. Seguramente, son muchos menos.
En cuanto al intento de imposición, baste un botón de prueba. Según el decreto de 15 de noviembre de 2017, corregido por el Consejo de Navarra y recurrido después por dos sindicatos, la valoración del vascuence como mérito para acceder a una plaza de funcionario sin perfil lingüístico en una zona no vascófona, es decir castellanófona, puede suponer hasta un 7%, y un 6% si es un concurso de mérito. En la mixta, con la misma proporción. En función del grado de atención al público, puede subir hasta el 12 y el 14%, previo informe justificativo.
Pero nadie tiene derecho, por motivo de dominar (¿?) una lengua minoritaria, a ser premiado con recursos laborales, culturales o educativos, y menos si el aprendizaje de dicha lengua se ha realizado en centros de enseñanza, siempre deficiente.
Navarra no pertenece a la lengua vasca. Los llamados vascones por los romanos en Navarra fueron pocos y no hablaron todos la lengua vasca. Hubo, además, aquí, y a la vez, varios idiomas. El castellano, nacido en los siglos IX-X en tierras vasconas fronterizas, fue pronto la lengua cultural de Navarra. Es verdaderamente cómico y sobre todo injusto ver el esfuerzo y el dineral gastado por el Cuatripartito por poner el euskera por delante del castellano en todas las zonas. Promover en exclusiva el modelo D en la enseñanza. U obligar a los medios informativos a incluir la lengua minoritaria si quieren recibir subvención.