Entre que nos han dejado el patrimonio privado -el de cada uno de los españoles- al cincuenta por ciento, ó menos (Inmobiliario, mobiliario y dinerario) y ahora nos quitan parte del público – Venta de las reservas de oro del Banco de España; CAN en Navarra; fondos de pensiones. Y con el record de personas, en el mundo occidental, sin posibilidad ni de trabajar; si no eres pariente de un alto funcionario o un político- ya solo queda que los fondos de la S. S. y de pensiones los inviertan en una multinacional privada, ó los usen como garantía de sus locuras y nos quedamos, de viejos, con una mano delante y otra detrás –que todo se andará. Hay que reconocer que se está luciendo estos tíos de nuestra clase política.

Los de mi generación (aquella cercana a la de la posguerra) venimos de un mundo lejano, en el que a las cosas se les llamaba por su nombre –éramos entonces la novena potencia económica del mundo. ¿Casualidad?

Y les extraña que se eche la gente a la calle. Más pasaría si fuesen otros tiempos. Pero, son nuestros hijos los que en estos días nos están dando una lección. Porque no tragan con el miedo que les quieren inculcar: -“…Yo o el desastre”; “detrás de mi la nada…”. Están indignados nuestra clase política porque los manifestantes no reciben a la prensa acreditada “Luz y taquígrafos”. Como si no supiésemos todos que la prensa acreditada son los sicarios del poder establecido y esta mas comprada, aun, que los sindicatos por un gobierno de izquierdas ¡Que ya es decir!; pues, de libre tiene lo de un pajarito en una jaula de oro.

Los jóvenes nos dicen:
-Apaguen todas las televisiones, toda la información esta en Internet y en tiempo real.
Y yo les digo: háganles caso al menos en lo primero y apaguen las televisiones; ganaran mucho en salud mental.
De cualquier modo ¿quien sabe como terminara esto? La verdad es que no pinta nada bien. Como no pinta nada bien casi nada en España. Las revoluciones empiezan de una forma y luego se dirigen hacia derroteros absolutamente imprevisibles.

Me decía un chaval, ayer, en la plaza del ayuntamiento de Pamplona, que se debería de sentar, en los parlamentos, una persona por partido y así nos ahorraríamos una pasta; total como todos botan lo mismo…. Es este tipo de cosas lo que pone muy nerviosa a nuestra casta política.
… Los que tengan boca que hablen.