El 9 de diciembre se cumplirá un año del famoso y mediático Affaire Cervera.
El tiempo -que todo lo cura menos la locura- dejó atrás la rendija de la muralla, los correos, chantaje, la CAN , Asiáin, las cámaras y muchas conjeturas.
Un año después todavía no ha salido la sentencia pese al extraño caso de coherencia de un diputado que en el minuto uno renunció a su aforamiento para agilizar las cosas y ser tratado como uno mas.
Al señor Cervera -a quien siempre le hemos creído inocente de chantaje y de este asunto- le cambió la vida quizá para siempre y quizá en parte para bien.
Dicen que a la familia Asiáin – relación con la CAN, relaciones laborales con Caixa, participación o no en la gestión de desahucios- también pero menos.
Al margen de los informes periciales que según parece han podido demostrar que Santiago Cervera no pudo crear y enviar los correos, es muy probable que el asunto quede en tablas y haya una absolución por falta de pruebas sin que se pueda realmente demostrar quien urdió la trama. y ello a pesar de que Su Señoría mostró inicialmente una actitud muy hostil que llevó a la defensa a pedir incluso la recusación.
Mientras tanto el otrora azote de todos, ese incómodo político-periodista (y médico titulado) ha tenido tiempo para reencontrarse consigo mismo y volver a la raíz de lo que en la vida importa, para sacar bien del mal tras un año alejado del mundanal ruido.
Un comentario
Cierto es todo lo que indica D. Alfredo en la clave, pero como yo estoy aquí para rizar el rizo, sigan mi razonamiento a ver dónde me equivoco.
En el extraño asunto de la muralla había claramente dos partes:
– Por un lado Cervera, el reportero más dicharachero, que quería contar a toda Navarra los tejemanejes que se llevaban entre manos en Carlos III 8.
– Por otro lado la Caja, que buscaba defenderse de los ataques que desde distintos sitios le llegaban. En realidad, no nos engañemos, se calló Cervera y se calló todo el mundo. (Calló de callar, no de caer).
Si ahora queda claro que Cervera no pudo enviar el email nos quedan dos alternativas:
a) Que un fulano cualquiera, como usted o como yo, quisiera montar una trampa a Cervera, a la Caja, al Gobierno… y montara una complicadísima operación cibernética para conseguir lo que consiguió.
b) Que la Caja fuera la que montara dicha operación, para cargarse a Cervera.
¿Se les ocurre alguna otra? ¿Ustedes con cual se quedan?
Yo lo tengo claro.
Si es que las vacaciones en Vietnam las carga el diablo…