También les criticaría si fueran todos en bloque o si Puras fuera tan voluntarioso como Hitler. Pero ni tanto ni tan calvo (y no lo digo por el entrenador personal de Puras).
Resulta que la jefatura central del PSOE pone a Puras como cabeza de cartel en Navarra y le dice unas cosas que tiene que hacer. Puras, y Chivite, se cabrean más o menos pero ceden porque su puesto depende de ellos, de los jefes. Luego tienen que ir a explicar lo que sea a los miembros del comité. Estos a su vez se enfadan también con Chivite y con Puras pero tragan lo que haga falta porque al fin y al cabo también dependen de ellos. Por último, una parte importante de los votantes del PSN, que realmente no quieren saber nada de pactos con los nazionalistas están descontentos pero les siguen votando. Y los que sí que quieren saber de eso pues también les votan.
Todo esto es muy incoherente. Da la sensación de que nadie está a gusto en el PSN; que nadie hace lo que quiere, nadie dice lo que piensa, todo tiene una doble intención, todo un doble sentido.
Jefes, jefecillos y votantes del PSN: ¡así no se puede vivir hombre! ¿No se dan cuenta de que un día de estos les va a dar algo? Fernando Puras aguantará lo que haga falta porque, según ha confesado, su mayor afición es mirar las estrellas. Es un “lama” reencarnado. Su medida del tiempo y de la distancia es astronómica -o tal vez sea astrológica, como los magos de Oriente-. Pero ¿qué va a ser de esa pobre gente del PSN que es más navarra que budista?
Jerónimo Erro