Y digo yo que cómo es posible que sea recibida como muy «de aquí» una expresión que lo mismo podría ser de la Patagonia. A lo mejor es que no he viajado lo suficiente e ignoro que el «de aquí» tal como lo decimos acá también se emplea allá y acullá. ¿Qué es lo que tiene esta inocente expresión para merecer como un dardo esta pequeña clave? En mi opinión se lo merece porque más que inocente me parece culpable de connivencia con el brazo lingüístico de los nazionalistas vasquistas. Ellos son quienes han difundido el uso del «de aquí» sembrando de sal millones de diálogos cotidianos en los que, de forma espontánea se podrían decir otras cosas más significativas como «de España», «de Navarra», «del País Vasco», «de Guipúzcoa», etc. El uso de este comodín inerte es una extensión de los silencios que lleva décadas imponiendo en muchos ambientes el entramado opresor del nacionalismo. Es una prolongación de los miedos y de las falsas neutralidades en las que durante muchos años han obligado a refugiarse a los no-nacionalistas. Así que por eso me meto con el «de aquí», porque lo que hacen los buenos amigos es ayudar a corregir las muletillas señalando su existencia. Porque me gustaría que entre todos fuéramos borrando día a día esta cárcel invisible en la que nos han hecho vivir durante tanto tiempo. Así mucho mejor: que somos de Bilbau, por eso llevamos chapela a medio lau.
Jerónimo Erro
8 respuestas
Don Jerónimo. Algunas veces le atizo en sus comentarios, pero hoy sólo puedo decirle que 100% de acuerdo. Olvidar estos viejos mitos del miedo es lo que necesita esta tierra navarra. Ojala haya muchos como usted. Muchos que llamen a las cosas por su nombre. Al pan, pan, y al vino, vino.
Quizás es que un 19 de agosto, y con el calor que está haciendo, es muy difícil encontrar un buen tema para escribir. Pero hacer coincidir la expresión «ser de aquí» con el «nazionalismo vasquista», y así poder excomulgarlos por ¿enésima vez?, es rizar el rizo.
Aunque reconozco que como lectura veraniega me está resultando muy agradable su confidencial.
Pues fíjese Sr. Erro que me quedé con la pena de no poder introducir un comentario a la «Fotonoticia» y ahora me sirve en bandeja introducirlo aquí y hacerlo servir para los dos. Si de muletillas y connivencia lingüística habla Vd., sería recomendable no utilizar el término «kale borroka» -lenguaje nacionalista vasco a más no poder que minusvalora los hechos- para denominar al terrorismo callejero.
¿En qué cárcel nos encadena…aeróbic,córner,molar,whiski,jamón york,currar,piltra,pony,graffitti,rap,fetén,wester,parking,gachó,surf,bikini,derby,fútbol,crack,pela,churumbel,parné,…..y tantas y tantas que utilizamos como nuestras cada día,(incluídas las,al parecer,nacionalistas)?.Si estoy en mi Navarra natal digo ,»soy de aquí»,si estoy en otra comunidad,incluyendo la vasca,digo que soy de Navarra,si estoy en el extranjero,por supuesto,me proclamo española…Creo que el «escudo» de los nacionalismos ya cansa y aburre,la identidad no se mide por cuatro palabros,solo faltaba!!.Los de aquí estamos donde debemos estar y los de allí saben que es donde queremos estar.A veces pienso que hay mucho navarro en la Patagonia rizando el rizo a puro bigudí.
Morticia.- ¡y además es tan aburrido estar hablando siempre uno de si mismo y su esencia!
Es tan canso estar todo el rato defendiéndola de «los otros» y supone tanto tiempo perdido tener que autoexaminarse para saber si hacemos bien o mal al si uno no pone tantas banderas como le gustaría al Vecino de Uxue, o si merece la pena vivir a pesar de no vivir con la bandera en la cabeza!! solo por eso, ya merece la pena NO ser nacionalista.
En fin, yo pensaba que las cuestiones identitarias afectaban sobre todo a los adolescentes, pero parece que no.
Perdona spurgus, pero no entiendes nada.
La bandera no se lleva en la cabeza. Se lleva en el corazón.
Que disfrutes de tu senectud (con todos mis respetos al hilo de tu última frase).
Iba a introducir un comentario al artículo, pero después de leerlo y leer los comentarios ya escritos, me parece más oportuno decir que me resulta llamativo tanto voto negativo a algunos comentarios. Parece que alguien en concreto no acepta bien la crítica.
Me sorprende sr.Bonoaparte.Aquí se acepta,en general,de buen grado y con educación,(no siempre),las discrepancias ideológicas,pero a mi manera de ver,hay ponentes que lo toman como una crítica personal,lo cual,solo genera un comportamiento infantil e intransigente.Amén de la satanización e invisibilidad de opiniones que son eliminadas por «exceso» de votos y por decretazo,del cuál,ya manifesté mi opinión anteriormente.La diversidad nos enriquece,aunque muchos no estén de acuerdo.