La utilización por nacionalistas e izquierdas de un quejido continuo, de una cantinela lastimera contra el poder de “los pudientes”, al final ha pesado como la lluvia fina, produciendo un fuerte desgaste a la acción del gobierno navarro. En nuestra Navarra unos pocos han gritado continuamente y otros muchos mas han callado; mientras los mismos pocos protestaban ruidosamente los otros muchos miraban para otro lado; cuando unos se movilizaban un día si y otro también, los otros se marchaban de finde. De aquellos polvos tenemos los actuales lodos.
Al final no se puede deshacer en poco más de una campaña electoral de 15 días, lo mal hecho en unos casos, o lo no hecho en los más, y eso sí, casi siempre rehuyendo todo tipo de debate. La responsabilidad es un poco de todos. Por supuesto que en primer lugar de los políticos de centro derecha que alejados de la calle, en su momento no reaccionaron ante los problemas, por comodidad o por molicie, o reaccionaron tarde y mal, frente a los excesos de la CAN, de ciertos nepotismos, etc.
La pasividad de los buenos, facilita el triunfo de los malos. Y no sólo pasividad, sino también la falta de claridad en la exposición de las propias ideas. Todos los políticos son en exceso gastadores, confían demasiado en lo público, son socialdemócratas, unos de izquierdas y otros de derechas. En Navarra muchas veces se realizan lastimosas defensas de los débiles, que suelen ser bien acogidas por contar con un marco cultural y mediático que sopla a favor. Los medios de comunicación se limitan a amplificar los quejidos, apenas buscan la verdad de las cosas, y muchas veces no las quieren explicar. Venden el binomio felicidad / infelicidad, sostenido sólo por el bienestar económico. Sabemos que nunca la felicidad se logra de manera automática: la felicidad hay que ganársela, escogiendo el ejercicio de la virtud y vivirla ésta como un regalo.
Para muchos la comodidad de no meterse en problemas es lo que prima en su quehacer diario, por lo que no se han merecido tener unas votaciones favorables. Debemos dar las gracias a los Santos Patrones de Navarra, que nos hayan puesto en nuestro lugar. Aprendamos todos la lección de una vez y no nos durmamos más sobre nuestros marchitos laureles. Se necesita tener humildad, trabajar por el bien común. Los nacionalistas y sus acompañantes han dado la voltereta electoral por los pelos, y la verdad es que se lo hemos puesto demasiado fácil.
Un comentario
Han ganado por incomparecencia del resto, muchos rendidos al socialismo y al nazionalismo de manera «preventiva», en el estúpido convencimiento de que nada malo les van a hacer. De ciudadanos de segunda a súbditos en 5 años, al tiempo.
Antes de que llegue ese momento, estaremos lejos, soy de los que han dado la batalla pero no me quedaré a hacer compañía a los pusilánimes que no ayudan cuando se les necesita.