Ya era hora de que se hiciera algo original en los sanfermines. Nos estábamos amuermando tanto que se veía venir lo del museo. ¡Vengan a ver la momia del casta! ¡La botaevino disecada del Gran Guiri! Es lo que les vengo diciendo, que no se si por la crisis o por qué razón nos falta chispa, originalidad, ganas de vivir, libertad, ¡feliz cumpleaños!, imaginación. Los sanfermines sin ir más lejos nacieron como la anarquía encauzada y hubo un tiempo en que cada ocurrencia era un nuevo acto en el programa festivo ni escrito ni subvencionado. Pero al final nos hemos quedado con una foto fija del asunto, sacralizando los momenticos no tengo claro si por pereza, o por afán racionalista del consistorio. Así que bienvenidas sean las novedades ingeniosas.
Es una lástima que el motivo elegido para dar el cante en esta ocasión haya sido tan rastrero como otorgar el apoyo a los que apoyan a los fanáticos etarras. Podían al menos haber pintando unas caricaturas de Mahoma o hacer algo un poco más comprometido pero no, la creatividad ha asomado la nariz pero no ha podido vencer la inercia de los nostálgicos del 78, repetitivos vejestorios peñeros.