…Aléjate de la propaganda institucional.
En este caso es para bien, y se hace con el loable objetivo de animar a no pasarse con la bebida o a no drogarse. Pero empieza a ser una peligrosa costumbre este estilo de propaganda que pretende encauzarnos a todos por la senda de lo políticamente correcto. El medio se fortalece y permanece siempre en manos de una misma clase política que no se va ni con agua caliente. ¿Quién nos garantiza que toda esa poderosa y creciente maquinaria de propaganda no se va a dirigir en cualquier momento contra la libertad de las conciencias? Desde aquel primitivo "póntelo, pónselo" a la batería pesada de la EpC hay indicios que nos hacen pensar que este juguete es un bidón de gasolina en manos de un pirómano.
Jerónimo Erro