Aquí estoy yo para sembrar dudas. Y no es que me gusten un pelo los dudadores profesionales pues soy de los que piensan que la duda es un pantano entre la ignorancia y la certeza, pero opino que hay que decir algo sobre el aparente consenso que existe en relación con la enseñanza del inglés. Particularmente, el único consenso al que me sumo es al de afirmar que es bueno que los escolares salgan del cole sabiendo idiomas. Pero a partir de ahí considero que lo primero y principal es que salgan sabiendo expresarse correctamente en su propio idioma materno. Hay quien ha pretendido acabar con expansión de la pseudocultura vasquista nacionalista introduciendo, como especie invasiva, la cultura anglosajona ¿pero no será peor el remedio que la enfermedad?
Si lo que hacemos es poner de profes de geografía en inglés a profesores hispanopensantes corremos el riesgo de que los niños -que aún no saben inglés- salgan sin saber español, sin saber inglés y sin saber geografía. Tengo además otro argumento más sutil y seguramente más discutido para cuestionar la enseñanza del inglés tal como en general se está haciendo y es que se me ocurre pensar que junto con el déficit comercial y macroeconómico estamos teniendo un intangible pero real déficit cultural. El mensaje que transmitimos viene a ser este más o menos: aprendemos inglés -y cultura anglosajona, porque idioma y cultura suelen ir de la mano- porque ya no confiamos en lo nuestro. Tenemos la autoestima por los suelos y la prima de riesgo por las nubes. Vengan, por favor, a rescatarnos.