Los inspectores y las inspectoras genericistas quieren ganarse el sueldo honradamente. Por eso organizan con nuestro dinero de vez en cuando campañas de sensibilización y concienciación en las que tratan de convencernos de que matar a una mujer es malo. Podrían ahorrarse -mejor dicho, ahorrarnos- esos dineros porque todo el mundo ya está de acuerdo en eso. Al menos mientras quede un recuerdo, por leve que sea, del cuarto y del quinto mandamiento, claro. El problema es que las técnicas inspectoras de igualdad han sido entrenadas para sensibilizar y concienciar. O sea, para insistir en la siguiente obviedad (aunque ellas la formulen con otras palabras): que un buen marido, un leal compañero amante, un caballero como Dios manda, cae en lo más bajo cuando llevado por el pecado de la ira agrede a su compañera. No parece sin embargo que se quiera profundizar demasiado en las causas primeras de la violencia intraconyugal o intrafamiliar: como la falta de respeto, la ausencia de compromiso, la devaluación del vínculo matrimonial, la superficialización de las relaciones sexuales, etc.
De todas formas lo que más me sorprende de estos vigilantes y celosos comités de igualdad pública es la incoherente desigualdad con la que tratan el problema de la violencia intrafamiliar. ¿De verdad que es el machismo el único problema? ¿Qué pasa con el feminismo? Propongo que el año que viene la campaña se centre en luchar contra la violencia feminista, la que pide que la ejecución de las hijas y los hijos aún no paridos sea considerada nada menos que un derecho. Eso si que iba a requerir de todo su coraje de funcionarias aguerridas. Eso si que sería igualdad.
Un comentario
Y además toda esta parafernalia de campañas de concienciación, noticias de «El caso» que nos amargan la comida y tiñen todo de truculenta cutrez, incomprensible violencia, en realidad no sirven para nada. Como bien dices, ya todos sabemos que ni a la esposa, ni al esposo,ni a los niños ni a los mayores, se les puede pegar, ni matratar, ni mucho menos matar.
¿Que necesitamos? Más medios en los Juzgados, en la policía, que permitan un seguimiento. Mano dura con los violentos, pero tmbién con los manipuladores que se valen de la ley para alcanzar de forma fraudulenta otros fines (de cara a un divorcio… o a una simple venganza).