Somos diferentes. Y la prueba es que ellas tienen un día. A lo mejor, cuando los que hacen el BOE políticamente correcto se vayan creyendo que consiguen reconstruir la maravilla que con harto trabajo fabricó la madre naturaleza, convierten el día de la mujer en el «día de la igualdad». Los sectores más ideologizados ya lo están intentando. Pero no será así. Se quedarán con un palmo de narices el día que se vaya la luz y haya que reiniciar el sistema. Su pequeño juego de dioses habrá terminado y entonces tendremos lo de toda la vida: mamas, papas, familias como Dios manda, etc.
De momento lo que más me llama la atención al respecto son las incoherencias.
Los presuntos super-feministos de la UGT publican un estudio denunciando que siete de cada diez puestos directivos de las empresas los ocupan hombres. ¿Y cuántas mujeres hay en los puestos directivos de los sindicatos? Seguro que no son 18 de 19 como es el caso de las víctimas del ERE que acaba de ejecutar la propia UGT en Navarra. ¡Qué cara más dura!