Vaya Vd. a un trabajador medio y dígale que su sueldo bajará el 5%. O simplemente que se lo piensa congelar. Automáticamente oirá rumores de huelga si es que no se llega antes a las manos. Los políticos profesionales o pseudoprofesionales de Navarra han anunciado sin pestañear, presionados por las circunstancias y la vergüenza, que se van a bajar el sueldo nada menos que un 15%. A estas alguras, después de pensarlo en frío, más de uno estará tirándose de los pelos por el anuncio y no creo que sea porque vaya a sufrir una gran merma de poder adquisitivo sino precisamente porque esta medida deja al descubierto todo lo contrario: que un 15% es muchísimo. Así que me pregunto ¿es que estos políticos profesionales, empeñados como están en hacer de cualquier vocación política un oficio, son mas generosos que la media? ¿O no será acaso que tenían ya tan subido de tono el sueldo que un 15% es para ellos como el 1% para el resto de los mortales? Sucede en ciertas rebajas tramposas que no tiene mucho mérito restar un 15% a lo que previamente se ha subido un 30%. ¿No será este el caso de nuestros políticos, entrampados en un ambiente de gran gourmet, moqueta y phaeton del que no saben cómo salir?
2 respuestas
Hace años una «caja de ahorros vecina» decidió bajar el precio que pagaba por kilómetro a los empleados que viajaban. De pagar 0,23€ por kilómetro pasó a pagar 0,19€. Pero resultó que si la distancia entre Vitoria y Bilbao era de 50 km, pasó a ser de 62km…
No se preocupe D. Jerónimo, que ese 15% abajo se recuperará con unos cuantos kilómetros de más… De Pamplona a Tudela a partir de mañana habrá 134km.
Profesionalizar la política tiene ventajas (puedes captar a los mejores, retribuyéndolos adecuadamente, porque no perderán ingresos) e inconvenientes (el «eterno diputado», que hace del ejercicio de la política un medio de vida).
In medio virtus, y «depende de cada caso».
Todos conocemos gente muy competente, pero en la vida, nadie es insustituíble. Y por higiene y para evitar torcimientos, tan humanos como los políticos, habría que limitar el «cursus honorum» (la carrera profesional del político) a una serie de escalones: 12 años de parlamentario/concejal de una ciudad;o alcalde de un ayuntamiento menor; 8 de consejero/presidente del gobierno foral.. y luego, agradecimiento por los servicios prestados y ¡a volar, a volar!
Esto se tiene que sanear, por dentro y pof ruera, y acostumbrarnos a participar más, sin encontrar «escollos a la renovación en forma de cesarismos, ni clientelismo. MIren, si no, lo que ha pasado en el PP de Valencia.