Saturación de impuestos, exceso de funcionariado, sueldos políticos de escándalo, subvenciones para conseguir estómagos agradecidos, becas y premios, televisiones públicas, planes desmesurados, gasto y más gasto. Lo de menos es que surja de vez en cuando algún caso de corrupción flagrante. Lo de más es que existe un entramado artificial que se sustenta porque hay dinero de sobra y que se propone dirigir las cosas, todas las cosas, como si hubiéramos renunciado ya a la libertad de arriesgarnos y equivocarnos. Algunos pensarán al repasar las noticias de Navarra Confidencial que padecemos alguna especie de obsesión ácrata que nos hace renegar de todo lo que sea gobierno o presupuesto. Nada más lejos de la realidad. Nosotros queremos gobierno y queremos presupuesto. Lo que pasa es que un gobierno que lo controla todo se llama tiranía. Y un presupuesto que lo contempla todo se llama "ingeniería social".
Jerónimo Erro