Días de esperanza

Entre tanto Cervera, Asiain y Caja Navara, entre tantos deshaucios, matanzas en Newtwon, asesinatos de católicos en Nigeria y de la atroz guerra en Siria; entre tanta corrupción política, abortos sin freno; entre tanta desfachatez independentista, entre tanto financiero ventajista; entre tantas continuas movilizaciones de los sectores que se les tocan el bolsillo ¡Por fin! se aproximan unos días que me los tomo de tregua.

Muchos ya no quieren llamarla por su nombre ¡para no herir otras sensibilidades! pero para otros muchos, sin querer ofender a nadie, la Navidad nos sigue atrayendo, no sólo por los recuerdos maravillosos de nuestra niñez. Muchos no hemos perdido el sentido original de la Navidad, aunque admitamos que le hemos ido añadiendo demasiadas tonterías consumistas. Pero la crisis,
se está encargando de amortiguar esta fuerte deriva consumista de años pasados.

Nos educaron en que lo importante es el ser y no el tener. Al final se nos examinará, por si hemos sido coherentes o nó, con el mensaje de amar a Dios y al prójimo. No será importante, si hemos sido capaces de acumular, más o menos riquezas. El mensaje cristiano comenzó en un humilde pesebre (Natividad – Nacimiento) y culminó con la muerte en la cruz y su posteriror resurrección. Siempre ha sido difícil de entender, y después de aceptarlo, mucho más difícil ponerlo en práctica, ya que nos sitúa en las antípodas de lo que la mayoría entiende, como el triunfo de lo humano.

Pero realmente merece la pena ¡El amor al prójimo anclado en el amor a Dios, da sentido a la vida! 


Con el transcurso de los años llevamos cada vez peor, nuestros ausentes / presentes. Siempre echamos en falta a las personas y a las cosas, cuando las perdemos, y no cuando las tenemos cerca. La Navidad no es una fiesta más del invierno, como algunos insinúan, obviando su trascendencia. Sin su significado religioso, no entenderíamos nada, nos faltaría ese referente moral, que a muchos nos guía, en los avatares de la vida. 


Desde el pesebre, se nos anunció una Nueva de Paz y de Amor, mensaje que hoy a muchos nos sigue deslumbrando, tanto en nuestra razón, como en el corazón, impulsándonos a hacer el bien. 


Estas fiestas hay que aprovecharlas para disfrutar de la compañía de familiares y de amigos, vivirlas con alegría. Disfrutemos del calor de las emociones, frente al frío invernal, y con la esperanza de que el próximo 2013 sea el último año de la crisis económica, confiando en que empecemos a remontar y se vaya reduciendo, tanto dolor y desesperanza.

¡Feliz Navidad!

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CLAVES EN OPINIÓN

2 respuestas

  1. Todos somos un poco niños cuando llega la Navidad,y nos gusta ver al niño Jesús en el Belén,y nos encanta ver los rostros de los niños en las dos cabalgatas,la del mediodía y la de la tarde-noche,que no les falté a ningún niño un juguete,y que JESUS nos ayude a todos a ser mejores personas.

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