Pues no, claro que no hay que devolver las competencias autonómicas al estado. A quien hay que devolvérselas es a la sociedad. El problema es que la sociedad anda floja y como sin fuerzas, sin ganas ni ilusión por asumir la menor responsabilidad. Décadas de paternalismo constitucional han dejado a la sociedad española sumida en una flojera permanente. Y por eso tenemos lo que nos merecemos pues somos un campo abonado para que campen a sus anchas todo tipo de organizaciones, partidos, empresas, sindicatos, organismos de toda clase y tentáculos del estado especializados en hacer todo para el pueblo… pero sin el pueblo.
Aun no hemos descendido lo suficiente como para darnos cuenta. De momento las únicas protestas que se escuchan son las de quienes reclaman los cuidados de papá-estado. Por encima de quienes exigen que se aplique el sanísimo principio de subsidiariedad resuena el piar chillón de los que no esperan mas que soluciones. No oportunidades, ni libertades, ni responsabilidad, sino protección, orden y subsidio.