Claro que no se trata de un verdadero corporativismo, ni es hermandad ni defensa civilizada de los valores de un grupo humano. Se trata de que están haciendo piña los que menos tendrían que hacerla: los políticos electos. La teoría del sistema de partidos nos cuenta que se les elige y mantiene para que sean auténticos adversarios, para que gobiernen unos y se opongan otros, para que mutuamente se vigilen, para que no se pasen ni una, para que sean de todo menos coleguillas. Y es cierto que suelen cumplir a la perfección este papel asignado mientras dura el paripé electoral. Pero después cierran filas como si fueran el gremio de taxistas. Se defienden unos a otros como si lo suyo fuera un oficio artesano que hay que defender de los intrusos o de los ataques exteriores. Hoy por tí, mañana por mí. A la hora de asignar las dietas, a la hora de no destapar de verdad todo lo que haya de destapable, a la hora de la verdad son los mismos perros con distinto collar. Y entonces es cuando me planteo una de estas dos alternativas: o revisamos el sistema para que no sea amañado, o -esta opción es más complicada pero me gusta más- prescindimos con todas las consecuencias de los partidos y les obligamos a trabajar juntos.
Jerónimo Erro
22 respuestas
“La teoría del sistema de partidos nos cuenta que se les elige y mantiene para que sean auténticos adversarios, para que gobiernen unos y se opongan otros, para que mutuamente se vigilen, para que no se pasen ni una, para que sean de todo menos coleguillas.”
Acabo de leer el epigrama del Sr. Erro y me cuesta centrarme en añadir algún comentario porque incide en el profundo tema del control del poder y la eliminación de la arbitrariedad del gobernante. No obstante, me centrare en esa, para mí, llamativa frase.
En esa frase se resume la fundamentación del “Estado de partidos” o “Democracia de los modernos” que algún ilustre comentarista me recriminó que usara el término más corriente de “partitocracia” (deduciendo de ello no se que extrañas querencias ideológicas). Pero un sistema partitocrático (es decir, aquel en el que los partidos acaparan todo el poder) nunca podrá permitir el control del gobernante ni prevenir sus abusos, porque como dice el Sr. Erro es más fácil que acabe en “colegueo” que en mutuo control. La explicación es sencilla, si hay pocos sujetos (siempre hay menos partidos que electores) más fácil llegar a un acuerdo de mínimos que arriesgarse a perder todo. Si sobre esta base le sumamos como en el régimen de la Transición financiación pública y sufragio de listas la situación se agrava porque se instalan en el Estado y olvidan que nacieron en la sociedad. Añádase algo de despotismo hispánico y tendremos el retrato perfecto de la España de comienzos del siglo XXI.
Lo que no comparto es la solución de suprimir la existencia de los mismos partidos. Este tema, ya antiguo, ya fue tratado por uno de los Padres Fundadadores de EE.UU., Hamilton (El Federalista Cap. X). En esencia mantiene que si hay libertad existirán facciones políticas puesto que las personas tienen diferentes criterios sobre las cosas. Para evitar los males de las facciones políticas no podemos acabar con ellas porque su existencia es inevitable. Sería, dice, como pretender acabar con el oxigeno porque permite la existencia del fuego. La solución que propone es la creación de un sistema representativo que evite el espíritu de las facciones.
Sistema de representación, que no lo dice Hamilton pero en su época era el único existente, que únicamente puede conseguirse mediante elecciones de distritos donde solo se escoja un diputado. En el momento que obtiene la mayoría de su distrito su mandato tiene una legitimación más amplia que su origen partidista y si quiere ser reelegido (que es lo desea todo político) deberá atender a esa mayoría electoral más alla de los intereses de su facción. Y como he leído en otra parte, si a eso le sumamos un mecanismo de revocación durante el mandato el diputado evitará la tentación de apartarse de los intereses de los que le eligieron. Es decir, frente a la vox populi de las listas abiertas estas no son representativas porque para entrar en ellas hay que entrar en el regateo partidista.
Además, la existencia de un sistema donde el ejecutivo, legislativo y la rama judicial tengan un origen independiente y una actividad separada de los demás, debe evitar la actividad concertada de los jefes de los partidos que transforma al sistema en una oligarquía donde no existe límite al poder.
Claro, el tema es que podemos mandarlos al paro… mañana. ¿para qué necesitamos 350 marionetas en el cCongreso y otros tantos en el Senado? Los sustituimos por un «procurador en cortes» que lea y vote con tantos votos como escaños le correspondan (o votos haya obtenido) y tenemos una democracia, desde luego, más representativa…
Estimados contertulios (Vecino incluido): ¿ven cómo es posible discutir sin enfadarse? Sigan así. Muchos les leemos y les leeríamos más si fueran Vds. mas sintéticos que esto es internet. Gracias.
Pues ya lo siento, sr. Erro, pero también he de hacerle un reproche a su intervención. Me parece muy bien que pretenda poner cierto orden en el tono y las formas de algún contertulio, es más, lo echaba de menos, pero ya que lo hace, hágalo con valentía dirigiéndose a quien reiteradamente falta al respeto a algunos de nosotros. Y si no quería personalizar, con un «Estimados contertulios», sobraba, ya que se da por hecho que en ese saludo incluye al vecino.
Sui generis, don Jerónimo. Este rincón de internet es, cuanto menos, sui generis. ¿Dónde si no puede encontrar intervenciones como la de Iturbide, mucho más extensas que el artículo que las genera? Si tuviera todo el tiempo que merecen, sería un placer seguirlas, pero el día tiene las horas que tiene.
¿Osea….,nombrar explícitamente al sr.Vecino qué es?,¿por amiguismo?,¿porque es más «revoltoso»?…hombre por Dios sr.Erro,si somos todos,somos todos,no saque a nadie del pelotón que queda feo!.¿Qué es esto un colegio?,¿usted don Tancredo?.Todos en los pupitres y sin rechistear ¿no?…Mire sr. Erro,creo que aquí todos,o la mayoría,peinamos canas ya,osea que déjese de lecciones de comportamiento pueril.Creo que discutir,discrepar,o como quiera llamarlo,es salud mental,social y emocional.No quiera que todo el mundo comulgue lo mismo que usted,ni proclame su opinión con la misma vehemencia que usted,deje que cada cual se explique y se e`prese a su manera.Si así no fuera,este foro no existiría,ni otros,ni la prensa…ni tantas cosas!.Mantengamos el respeto,eso es lo que se debe exigir,pero nada más,el resto sobraba.
Sr. Erro
No se meta en líos por mi culpa hombre!.
A mí me quieren (y mucho) los que me tienen que querer.
Pero caray… Pensé que los celos eran algo del sigo pasado.
Os quiero a todos.