Con la cantidad de cosas que habría que amejorar y nos vamos a quedar en el chocolate del loro. ¿Cuántas horas (y dietas) de reunión tendremos que pagar a algunos políticos para que tan sólo se ocupen de hacer al Amejoramiento un ligero lifting?. No es por tacañería, es que llegados a este punto molesta un tanto tanto derroche y tanta desfachatez con la que se derrocha. Ya puestos a tocar, por ejemplo, aspectos electorales de nuestra Ley foral de forma que se podría acabar disociando las elecciones al parlamento foral del resto de elecciones autonómicas españolas ¿por qué no aprovechamos un poco más las peculiaridades reales de nuestra foralidad para cambiar, por ejemplo, el sistema electoral vigente? En el proceso «democratizador de las instituciones forales» de la «transición» tuvimos que pasar por el aro de la «democracia de partidos», cuando era este un sistema totalmente extraño a nuestra propia «democracia» foral casi milenaria. ¿Por qué no aprovechar el momento para abrir la mente y pensar en ello? No hay ley en el mundo que nos pueda prohibir hacer este pequeño cambio. Y si la hay se podría eliminar cualquier obstáculo legal que para eso se ha creado la comisión mixta Navarra-Estado. Amejorar el muy desmejorado fuero que tenemos actualmente podría suponer -si se quisiera- una vuelta a la filosofía auténticamente foral que hemos traicionado. Pero me parece que no se quiere. Somos modernísimos, pero todavía existe algún que otro tabú.
Un comentario
Ay, don Jerónimo. Clama como Cicerón, cuando era de los Populares (luego se pasó al partido de los Patricios, y ya ve Ud.la que le armó al pobre Catilina). El problema es que los políticos quieren poder, y a ellos no les interesa cambiar nada. Y toda la participación política se construye en torno y a través de los partidos, que son auténticas estructuras de poder, y dominadas por cuatro, que nos azuzan para enfrentarnos con minucias que agitan como carnaza, para dividir y polarizar, y llevarse el gato al agua. Así ha sido, y así será, que decía Quoelet.