Hemos estado demasiado tiempo aguantando a los del No es No, que han estirado una situación negativa durante más de 10 meses sin gobierno. Toda una legión de gurús y políticos han intensificado la demonizacion de Rajoy, cualquier motivo bastaba para atacarle de manera inmisericorde. Los que nunca han apoyado a esta derecha defectuosa que soportamos, los que nunca le han deseando nada bueno, se erigieron en los pretendidos “defensores de su regeneración” y argumentaron que la mejor solución era que se retirase Rajoy y que entonces todo hubiese estado mas que justificado para poder facilitar la necesaria abstención. En ese escenario auto diseñado nos presentaban a un Rajoy, como un vago, un mal patriota si no aceptaba el consejo de sus adversarios. No es necesario recordar que ninguno de estos consejeros han tenido una trayectoria angelical, impecable, coherente con sus propios postulados.

Parece lógico pensar que para sus intereses les sería más favorable cuanto más se equivocasen los del PP, cuanto peores dirigentes tengan y si éstos se encuentren enfangados en la corrupción, pues ¡mejor para sus intereses! Salvo que detrás de todas esas animadversiones en realidad hayan sido solo postureos, pantomimas, puesto que en el río revuelto de la política nacional han intentado zurrar al adversario más duro de combatir, al menos proclive a los manejos de los poderosos del IBEX que disfrazados tras el Consejo para Competitividad lo que realmente les importa es en cómo llevar sus intereses al BOE. También contemplan como enemigo a batir a Rajoy porque es uno de los políticos menos proclive a favorecer a los separatistas, etc., y que a la manera de pinzas, unos y otros trabajaron para que triunfasen ciertos intereses particulares.

Al final se ha impuesto el sentido común y la conveniencia de todos los constitucionalistas que necesitaban articular un acuerdo PP+C´s+CC para desbloquear la situación. Ha sido positivo y clave el papel de C´s como facilitador de las cosas, aún a pesar de su excesivo postureo. El papelón de Sánchez ha sido lamentable, él es el culpable del quebranto de los intereses socialistas al escorarse hacia posturas populistas, la reacción tardía de los socialistas sensatos propugnando la abstención en el último minuto sin nada a cambio, ha dejado un partido dividido que necesitara desmarcarse de los populistas y tener un Congreso en paz. Pero los claros perdedores son los populistas y los separatistas. En Navarra los del Gobierno del Kambio que tendrán más difícil el montar el numerito de redefinir a Navarra. Todos ellos se habían olvidado de que las clases medias todavía existen en España, que mucha gente sigue trabajando de manera productiva, que siguen viviendo con moderación, que son en su mayoría pequeños y medianos empresarios, autónomos, y muchos asalariados que constituyen el fundamento clave de nuestra economía y de nuestra sociedad, que son los que aportan más recursos al sostenimiento del Estado del Bienestar.

En la clave del pasado 27 de junio “Tiempo de cordura” decíamos que “Los socialistas ahora están aliviados por que no les ha superado Podemos, pero sus resultados son malos, han perdido 5 diputados y algo se tendrán que plantear pues no pueden armar una alternativa verosímil para gobernar “Agur gobierno del cambio, agur”, tendrán que acabar apoyando al ganador de una manera o de otra”. El trabajo por la recuperación económica, y por la estabilidad presupuestaria son claves para garantizar el crecimiento y la recuperación del empleo. También sobre la base de lo anterior se podrá abordar las reformas de las Pensiones, de la Sanidad y de la Educación, los tres pilares básicos de nuestro Estado de Bienestar. Al margen de cualquier otro postureo partidista tendrán que hacer de la necesidad virtud, se impondrá la mano tendida, el diálogo, los pactos, etc., ya que a casi nadie les interesa una legislatura corta, tienen que lamerse las heridas y recomponerse. Los del PP cuando tenían mayoría absoluta apenas explicaban el porqué de las cosas, ahora lo harán menos porque las circunstancias les son adversas para su congénita pereza en la batalla de las ideas, y ahora que no podrán tampoco querrán. No están entrenados para argumentar la postura deseable frente a la posible, que es la que en última instancia tendrán que aplicar, pero confiemos en que muchas veces se producen avances políticos y sociales importantes, cuando muchos tienen necesidad de ponerse de acuerdo.