Somos muchos los que nos hemos alegrado de la aparición de «8 apellidos»(con sus matices), porque con humor se retrata el nacionalismo excluyente , mitómano y xenófobo que en el mejor de los casos tolera «al de fuera» y le perdona la vida si asume lo que ellos quieren que asuma de lo que para ellos es lo autóctono.
Lo que la película en cuestión ha sacado a la palestra es ni mas ni menos lo peor del narcisismo excluyente del nacionalismo vasco, especialmente virulento en Vizcaya, Guipuzcoa y en partes de Navarra.
» 8 apellidos» se transforma sin buscarlo en punta de lanza y quintacolumna frente a un nacionalismo xenófobo. La pureza racial ( solo es vasco quien lo es por los cuatros costados= cuatro abuelos) travestida de culturalismo progre (vasco es quien habla vasco) pero que cuando llega el deshielo del miedo aparece desnudo e indefenso a los ojos de todos,
Entre risa y carcajada va calando la idea de que no hay que tomarse tan a pecho ciertas cosas , y que el agua de Ibiricu no es tan distinta a la de Sorauren , y si lo fuera tampoco es causa de orgullo colectivo.
Aunque no era su objetivo «8 apellidos» es la mejor arma contra un nacionalismo exacerbado , racial , falsario y generador de odio al de Burgos, Santander, Logroño, Jaca, zaragoza también al de Tudela (aunque desde hace unos años la estrategia dicta que hay que ganarlos para la causa).
¿Alguien ha oído alguna de estas frasese?:
¿ «y tu de donde eres»?
«sus padres son de fuera»,
«su madre no es de aquí».
«su abuelo castellano»
«es que sus padres son de jaca…»
o el clásico «vete para Burgos».
El orgullo de lo propio y de las raíces es natural y lógico pero el límite es cuando solo por eso nos creemos superiores .
Bueno será que el humor nos haga mejores y mas libres de prejuicios y ataduras.
Parece que Miguel de Cervantes quiso escribir El Quijote para que con – humor ,parodia e hipérbole- acabasen los folletines en que habían devenido las novelas de caballerías. Y parece que así fue.
¿Se repetirá la historia?
3 respuestas
Yo reconozco,que soy un anti Nazionalista Vascongado,antiburrutu agur parlante antinavarra,anti radicales destrozaPamplona,anti IKURRIÑA foránea Vascongada,anti ikastrola inocula mentiras pueriles,anti biocoteadoresdenuestrasfiestas.Pero no se equivoquen,soy como muchísimos Navarros,un defensor de Navarra del ataque Naziburrutuguipuchi,y me importa un bledo si el que defiende y ama a Navarra,ha venido de Burgos,o de Baracaldo,si se siente orgulloso de ser Navarro y Español.Esa es la nobleza Navarra.
Por lo que yo he visto, ‘Ocho apellidos vascos’ ha provocados más risas que otra cosa entre esa parte de la población que podríamos denominar, quizá de un modo un tanto simplista, nacionalista. Nacionalista vasca, se entiende. Por el contrario, sé de más de un nacionalista de otro signo, es decir navarrista/españolista, al que le ha fastidiado muy mucho que parte de la película se haya rodado en Leitza, Nafarroa. Pero bueno, cada uno cuenta la peli como le conviene.
Lean al llorado Jose Antonio Jaúregui, (http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Antonio_J%C3%A1uregui#Libros) tiene un librito póstumo, titulado «la tribu navarra» en la que disecciona, con esa simpatica humanidad que tenía, esa permanente «contimparación» propia de todo grupo humano, o tribu, como divertidamente llamaba el sabio, porque no tenía connotacion despectiva, sino de pura descripción de los mecanismos psicológicos propios del humano en grupo, que son distintos de los de la persona como individuo.
Toda persona tiene fuertes lazos afectivos y de dependencia con sus padres, porque son más fuertes y saben más que él,porque le amparan y dan vida, y por tanto, durante la infancia nuestros padres son los más fuertes, sabios y buenos del mundo. Y lo mismo le ocurre al humano con su sociedad, en cuyo seno, aprende reglas de convivencia, y recibe seguridad, educación y sentimientos de pertenencia y aceptación. El amor a la patria es algo natural. La etimología de la palabra es interesante y revelador
Lo malo no es sentir que uno ama a su tierra, a sus gentes, el carácter de sus vecinos (en el que se reconoce muchas veces..) que siente como específicamente «suyos» (la tierra que mana leche y miel) eso es tan natural y tan simbólico como decir que somos hijos de la tierra que vemos «que nos ve nacer». Sentimentalmente, es así.
El problema es que hacer del sentimiento por eso el suelo desde el que me relaciono con el vecino de la tribu de al lado. Convertir el sentimiento en título jurídico, ético o histórico que fundamente, que de base a una convivencia sostenible y digna del ser humano, que exige que sea convivencia en paz y justicia y sobre base de la común igualdad en la dignidad.
Esa base de la convivencia ha de partir de otros sentimientos distitos de los de pertenencia: los de amor por la justicia, por la igualdad en lo esencial de las personas (que somos tan distintas), por su dignidad, por la paz, por la caridad. Y estos sentimientos son conducidos por una recta razón que busca el bien común.