Recuerden una de nuestras consignas más queridas: «Criticamos a la izquierda, a la derecha, y al centro». ¿Somos antisistema entonces? Bueno, depende, según se mire. A lo mejor, como explicaba una ingeniosa pancarta destacada por el periodista Eulogio López, es que el sistema es anti-nosotros. En Navarra Confidencial somos gente seria, amigos del orden y la ley, o sea, amigos de todo lo que sirva para romper este sistema esclerotizado en que se ha convertido la partitocracia, amigos del orden humano y de las leyes justas. Y por eso a menudo, sin necesidad de estar acampando en la calle, nos sentimos agredidos por un sistema cerrado, oscuro, que está dominado por ideologías progres enemigas de la realidad y que funciona bien engrasado por el dinero mágico de los especuladores.
No les extrañe que miremos con simpatía a los pequeños peces de colores que se mueven en los márgenes de la gran pecera electoral. Nos da pena ver que cómo se los suelen comer los peces grandes, o cómo se han convertido alguna vez al crecer en peces del sistema. Pero nos alegra cada nuevo intento. La plataforma «Iniciativa por Navarra», por ejemplo, está realizando un esfuerzo admirable para extender al plano regional el modelo de los grupos independientes municipales, ajenos al típico esquema partidista. El problema es que al desarrollar su discurso tropieza en los tics ideológico-políticamente-correcto-progres. Por su parte, los partidos que afirman tener claros los principos no negociables (vida, familia, libertad y bien común) como es el caso de SAIn o de DNE pierden credibilidad y fuelle entrando, cada uno por separado, en el juego de las etiquetas izquierda-derecha. En este sentido la propuesta -hasta el momento inédita- de los carlistas de la CTC de constituir una coalición «amplia, plural, puramente electoral» en torno a esos principios no negociables suena bastante bien, a antisistema responsable, a romanticismo sensato, a rebeldía con fundamento. Ojalá cuaje en las próximas.