Son capaces estos “animales” de comparar la tauromaquia, con el terrorismo, y hablan de terrorismo taurino, ¿pero saben que es el terrorismo? Fíjense si son “brutos” que se atreven a decir que “¿por qué se condena a ETA, y no a Jesulín”? Eso dice un tal Kepa, se trata de un portavoz de la Asociación para un Trato Ético con los Animales, exigirá a los parlamentarios vascos que expliquen con argumentos por qué está permitida la violencia contra los toros (lo denomina «terrorismo taurómaco») y no la violencia terrorista.
Y para más dicen: «No somos estúpidamente optimistas; el ser humano tiene un esquema mental por el que discrimina a los animales según su especie. Ve natural acariciar a un cachorro de perro y a la vez comerse un gorrino».
Pero ahora me toca a mí, y de verdad que me voy a desquitar de tal sarta de “estupideces”-, los asesinos no son personas, comparar el arte del toreo, con un asesinato etarra, roza la demencia, la incoherencia y la desvergüenza.
Yo permito que se rían de mí, todo lo que quieran, pero que se mofen de las víctimas, de los familiares de los asesinados, NO lo tolero.
¿Qué tendrán que ver los toros en este asunto?.
La barbarie de los asesinos de ETA, que muchos tienen nombre y apellidos, y muchos están en prisión (gracias a Dios), no es comparable con nada, sino con el cumplimiento íntegro de las condenas. Con el resarcimiento de las víctimas y sus familiares, que pasa únicamente por la dignidad, por el reconocimiento social de su condición de asesinados por ser personas que simplemente pensaban distinto, por ser vascos de bien, por ser españoles, policías nacionales, autonómicos, municipales, militares, políticos, ciudadanos de bien, matados y asesinados, ejecutados por los verdugos deETA.
Esta dignidad, supone un reconocimiento social, y la condena social de estas barbaridades comparativas, insultar a las víctimas, debería ser delito, y mofarse de los muertos, merecedor de castigo. Desde luego, yo soy navarro y español, pero si fuese vasco, me avergonzaría de tener vecinos desvergonzados manchando una raza de hombre nobles, porque de los vecinos asesinos, ya me consta que se avergüenzan.