El caso de Rajoy no es para tanto, ni mucho menos, pero me explico, porque él no ha actuado sino como cabeza de un equipo, cabeza de un equipo que ahora pretende ofrecer a los “tiburones” carnaza, para que gocen de su poderío “destructor”, y fragmentador.
Si se va D. Mariano, no se tiene que ir solo, un equipo que le guiaba, le ha hecho soportar los resultados, si bien cuando uno asume un cargo, se convierte en cabeza responsable, no es así cuando un equipo guía “a ciegas” a un líder, y si gana se enorgullece de su labor, y si no consigue lo que quiere “le corta la cabeza”.
Los coches oficiales, en ocasiones con sus cristales tintados, aíslan demasiado a los políticos y los intermediarios no les quieren hacer llegar la realidad social, no les hacen llegar la realidad de las necesidades de los ciudadanos, y aunque queremos y quieran ser atentos con las necesidades de los ciudadanos, no se dan cuenta, pero si la jugada sale mal, el líder a la calle.
D. Mariano, el gallego de buen corazón, no se merece marchar, se merece una abrazo de todos los españoles, de muchos cientos de miles de votantes y de muchos de miles de cientos de ciudadanos de esos que ahora formará a sus anchas el PSOE, que aunque no le han votado tienen mucho que perder si D. Mariano se va cabizbajo, porque le han engañado en su propia casa. Sirva de ejemplo para más de uno, no tenga qe pasar por lo mismo.