Según demuestra un estudio, ser bondadoso sienta bien. Dar dinero, tiempo o sangre es algo que hacen millones de personas cada año, sin otro fin que el de ayudar a los demás. Paul Bloom, profesor de Psicología de la Universidad de Yale, reflexiona en Project Syndicate sobre el origen y las consecuencias de la bondad humana.
El propio Bloom apoya este argumento en las conclusiones de un estudio publicado en la revista Science (Markets, Religion, Community Size, and the Evolution of Fairness and Punishement) en el que, tras analizar varias conductas en quince poblaciones diferentes, se asocia la economía de mercado y la profesión de una religión con la existencia de una mayor justicia. “Los efectos de nuestra bondad no son de suma cero. Quienes reciben la caridad ven mejorada su vida, pero también se benefician de ella quienes la brindan. Quienes donan riqueza y tiempo a otros suelen ser mucho más felices en toda su vida que quienes no lo hacen”.
Jesús Martínez