Resulta que incluso en Castilla la Mancha gobernada por los socialistas han retrasado un curso la puesta en marcha de la polémica asignatura. Aquí el gobierno de Navarra no sabe no contesta. Tienen una oportunidad de demostrar su respeto a la libertad educativa y como mínimo retrasar un año la puesta en marcha. Pueden también mostrar su respeto por la objeción de conciencia de los padres ante una asignatura de marcado sesgo ideológico. Es legítimo y es en este caso necesaria la objeción para los que se dicen libres. En Navarra tenemos que salir del letargo del cambio de gobierno y todo el culebrón del verano y esté quien esté luchar por los derechos de los padres frente al estatalismo y la imposicón.