La historia de este club se une a la historia de Pamplona y de todos es conocido como fue en el año1.940 cuando un sacerdote, inquieto, con sanas y santas iniciativas y recién salido del seminario y de nombre D. Santos Beguiristain, tuvo la idea de unir a los jóvenes de Acción Católica y que estaban dispersos por las diferentes parroquias de Pamplona, ilusionándose y entusiasmándolos con la meta de buscar unas diversiones rebosantes de salud, basando el ocio en sanas costumbres, mediante la práctica del deportes y conservando el folklore y la cultura de esta tierra de Navarra y de esta ciudad de Pamplona. El Arzobispo d. José Mª Cirarda , el 15 de octubre de 1983 dicta por Decreto por el que se reconoce eclesiásticamente al Club Oberena como Sociedad independiente de la Diócesis, aprobando los Estatutos presentados y cediendo los terrenos por un plazo de 50 años, es decir, hasta 2033, prorrogables, pero es de señalar que se trata de una “cesión”, la titularidad es de el Arzobispado, y es de la Iglesia, aunque algunos no quieran entenderlo y respetarlo, hasta que después y por el trabajo insistente de algunos se compra parte de esos terrenos para ser parte de los socios. Y hubo elecciones, de las que resulto elegido D. Tomas Caballero (asesinado por ETA por ser Concejal de Pamplona, el día 6 de mayo de 1.998). Pero ante las NUEVAS ELECCIONES podemos preguntarnos, ¿a quién votamos?, pues es más que evidente que queremos mantener y queremos que se mantenga el artículo 2 de los Estatutos que reza: Son fines de OBERENA: a) Crear entre sus asociados y en su entorno, un ambiente familiar, acogedor y formativo a todos los niveles, basado en la amistad, en el mutuo servicio y respeto, con acogida y apertura a todos como exige su sentido cristiano fundacional, al margen de cualquier partidismo y actividad política. b) Colaborar en la labor educativa de sus asociados, especialmente a través de la práctica del deporte, cultivo de las artes, folklore, diversión, tanto por simple recreo, como para la práctica de competiciones, y en los casos que proceda, como deporte federado. c) Procurar por todos los medios el pleno desarrollo de la personalidad de sus asociados, mediante su formación integral, con respeto a los principios de convivencia y libertades fundamentales. Solo existe una candidatura capaz de garantizar ese verdadero espíritu de respeto y convivencia con el consecuente equilibrio del espíritu fundacional y la actualidad social.