Tampoco quiero decir más sobre lo ya dicho, pero de la misma manera no puedo obviar la mención de una serie de conceptos con los que podemos decir aquello de: “a buen entendedor pocas palabras bastan”. Respeto, dignidad y tolerancia; y así cabría una lista interminable.
La pancartas de las peñas, al igual que otras manifestaciones festivas, como las fallas, las murgas de carnavales, etc. Nacen con el animo de poder decir “de los políticos” aquello que no se podía decir de otra manera por no ser considerado políticamente correcto.
Claro, como hoy vivimos en un mundo que poco sabe de respeto, que poco o nada, sabe de límites, no sabe hasta donde se puede llegar, y convierte la fiesta de unos en motivo de indignación de otros, y se ríe, se mofa, se burla, de aquello que para sus vecinos, para sus padres, para ellos mismos es tan importante que debería de quedar fuera de toda critica.
No ha sido solo una peña, han sido casi la cuarta parte de ellas, las que han acogido como tema de escarnio, el sarcasmo con D. Fernando Sebastián como protagonista, y de todos es conocido quien incluso ha osado burlarse de Cristo.
No solo el Ayuntamiento debería tomar posiciones respecto a ello. La sociedad en pleno esta obligada a posicionarse.
No se ha faltado a nadie, “SE HA BURLADO DE TODOS”, incluido quien idea la parodia y la plasma en una tela, se ríe de sí mismo, y si se dice que es bueno, en ocasiones, reírse de uno mismo. Mejor es conocer los límites, de uno y de los demás.
La sociedad que desconoce de “hasta donde”, tiene que aprender que todo en la vida, antes y después de ella tiene un límite, y ese límite se ha sobre pasado.
La “comisión de peñas” debería de plantear de manera formal una disculpa, y no a los demás, a ellos mismos.