La primera vez que supe de Jesús Javier Corpas fue en una vista a Oviedo para cubrir un reportaje para Le Figaró. Vi anuncios de una intervención suya invitado por el Club Prensa Asturiana puestos por los organizadores. No asistí, leyendo en el diario La Nueva España de Oviedo el reportaje del acto, al que dedicaban gran espacio, me arrepentí, pues tanto la fotografía que acompañaba la noticia como lo narrado picaron mi curiosidad.
Poco más tarde tuve la fortuna de, encontrándome yo trabajando en Madrid para Le Monde, ver el anuncio que hacía la Universidad San Pablo-CEU de una conferencia que Corpas iba a dar invitado por el prestigioso Instituto de Estudios Históricos de dicha de la misma; allí acudí.
Lo primero que sorprende, o mí así lo hizo, que no se trata de un serio y sesudo profesor, sino de un hombre sonriente y cercano. Además agrada mucho su voz, terciopelo puro, que al menos a las oyentes nos gusta mucho. Pero detrás de estos detalles frívolos si se quiere, aparece un narrador de raza. Su verbo engancha, y además toca temas de importancia con un verismo absoluto y una manera de contarlos muy amena. Después de esta primera charla solo le he vuelto a oír en radio y televisión, las últimas veces en El Gato al Agua y el Telediario de Intereconomía Televisión, ambas la semana pasada, aunque me gustaría hacerlo de nuevo en directo; es un conferenciante espectacular que nunca lee nada.
Animada por aquella experiencia he ido adquiriendo varios de sus libros. En el primero, Guerreros, entre algunas erratas claramente debidas a la modestia de la edición, ya se adivinan notables virtudes, como honestidad intelectual, interés por contar lo desconocido y garra haciéndolo. Su novela histórica La Quinta Carta ya es obra mayor. Trabajada, bien hilada, muy entretenida, con notable investigación sobre el siglo XVI y muchos aciertos, termina con una gran sorpresa final. Aprender con una lectura que no queremos interrumpir en ningún momento es la mejor virtud que puede tener un libro.
No he leído Los Espartanos Australes, ni sus numerosos trabajos en prensa diaria y revistas especializadas, pero sí que acabo de hacerme con Por Montes y Valles, su última obra. En ella lo primero que destaca es la calidad de la edición, con gran formato y más de cien fotografías muy interesantes por su curiosidad y rareza. Luego, tras gran introducción y prólogo por dos notables espadas de la milicia y la escritura, el estilo inconfundible de Jesús Javier Corpas Mauleón: investigación, sinceridad, temas muy curiosos y desconocidos y una gran garra narrativa, que hace que disfrutemos la historia más ambiciosa, documentada y veraz sobre la guerra de montaña-y otras muchas cosas- en todo tiempo y continente, como si fuera una gran novela.
Como aquella primera conferencia que le oí. Como si las hojas de sus libros fueran de terciopelo aun cuando nos narre una historia de acero, y no solo en las de seda. Como si sus obras estuvieran escritas por la pluma cálida de un amante de las propias letras a la vez que amigo del lector.
Freelance en España, colaboradora actualmente de los diarios Le Figaro, Le Monde ,Le Parisien, La Provence y La Novelle République
Un comentario
Estimada Anne S,saludos cordiales.
Tengo que darte la razón punto por punto sobre tu opinión hacia los libros de Jesús Javier.Añadirte,solamente,que yo también le he leído,además de en sus libros, en revistas de historia con gran satisfacción, y un relato corto que me ha parecido extraordinario.
Me alegra mucho también que hayas comentado lo que te ocurre con su voz,pues a mí me pasa lo mismo cuando le escucho,aunque lo importante,además de la gran forma,es el fondo de lo que cuenta.
Creo que para Navarra y Estella,tan presentes en toda su obra, es un lujo contar con un narrador así; espero se lo reconozcan,aunque me da la impresión de que al menos el gobierno foral solo está preocupado «culturalmente» en promocionar él a Dolores Redondo(no a la inversa),a quién llevan y traen por todas partes,aunque en Fitur la guipuzcoana solo reuniese en el stand de Navarra a 15 personas contando el staff,según vi en Navarra Televisión; ridículo en una feria en la que en ese momento había miles de personas.
Quizá por eso me ha hecho más ilusión que alguien de tus conocimientos literarios y tu importancia como crítica reconozca a J.Javier y su obra.Aunque nadie sea profeta en su tierra para instituciones o medios locales (curiosamente nada menos que El MUNDO,del que soy suscriptora,le ha dedicado últimamente al menos dos páginas enteras),yo estoy de acuerdo contigo y también le sigo,como tantas lectoras y lectores.
Un beso desde muy cerca de Pamplona.