Estimado Director: Somos muchos emeritenses los que saludamos en el nombre del Padre todos los días, andando o conduciendo el coche, al pasar por el Hornito -templete abierto dedicado a su culto- de la mártir Santa Eulalia. Patrona de Mérida, que este domingo festejamos. Aurelio Prudencio Clemente en la «Passio Eulaliae Virginis» de su libro de poemas «Peristephanom» nos habla del martirio de la niña de 12 años Eulalia, que ante la persecución de los cristianos por orden del Emperador Maximiano -a principios del siglo IV- se presentó voluntariamente ante al tribunal, a pesar de haber sido escondida por sus padres a decenas de kilómetros. Defendió su fe y después del martirio fue condenada a morir en la hoguera, en la plaza pública del Foro emeritense. San Gregorio de Tours (S. VI) nos narra en «In gloriam Martirium», cómo insólitamente floraban el 10 de Diciembre los árboles que exornaban su basílica. La Mártir iluminó en el cristianismo desde entonces hasta hoy, a la bimilenaria ciudad romana. Su devoción se extendió por toda España, desde localidades de Barcelona, Álava o Lugo hasta Huelva. Belzunce, Berriosuso, Biguezal, Echauri, Ganuza, Izcue, Lizarra-Izagaonda, Muez, Ezcaba, Guendulain e Itoiz en Navarra. 310 municipios tienen a Santa Eulalia por patrona, y 80 llevan su nombre: en general llamada Eulalia. En Castilla y León: Olalla y Ojala; en Cantabria: Olalla y Olaria (Santolaria); en Galicia: Santalla o Santabaya; Ibiza: Eularia. Pervive su culto a través de los siglos -vestida de la riqueza lingüística que España posee- desde la persecución romana, significativo símbolo de la fe cristiana que hermana nuestros pueblos.