La Iglesia católica aumenta por segundo año consecutivo los fondos que recibe de los contribuyentes a través del IRPF. En el pasado ejercicio, la cantidad ascendió a 252 millones de euros, 11 millones más que en 2008. Se trata de un dato especialmente significativo porque la crisis económica ha producido una sensible caída de la recaudación en este impuesto personal y directo. Además, el número de declaraciones que ejercen la opción de marcar una “X” en la casilla correspondiente creció también en más de 237.000. Una vez más, queda claro el fortísimo arraigo de la Iglesia en la sociedad española. No es difícil aventurar que este aumento tan relevante es una respuesta al acoso de determinados poderes públicos hacia las creencias muy mayoritarias entre los ciudadanos. Hay también otro factor determinante. En tiempo de crisis económica, la sociedad reconoce la labor de la Iglesia al servicio de fines de interés social. A través de Cáritas y de otras muchas entidades se desarrolla una labor callada y eficaz que suple con frecuencia las carencias de las prestaciones públicas, sin preguntar a nadie por los “papeles” o por los requisitos burocráticos.