El principio de que sólo el trabajo produce riqueza es evidente mirando el mapa de España, los pueblos se vaciaron hasta la extenuación y las regiones a donde emigraron sus hijos son hoy las más ricas. El fenómeno se repite a escala planetaria, a las zonas privilegiadas llegan los jóvenes más sanos y preparados de los países empobrecidos. Naciones como Ecuador han perdido la mitad de su población, y en países de África no se encuentran médicos porque ejercen en los países enriquecidos. Es un fenómeno conocido como «robo de cerebros» y que no afecta sólo a los técnicos e investigadores, que no regresan a los países que se esforzaron en su promoción y para cuyo desarrollo recibieron becas, sino que alcanza a soldadores, albañiles,… y tantos oficios necesarios hoy en los países super-desarrollados. Enfermeros trabajan cuidando ancianos, ingenieros hacen de electricistas, economistas son cajeros. Todos ellos, y más los «ilegales», constituyen una reserva de camareros, peones,… que provoca la bajada de salarios y el miedo al despido en beneficio de los patronos. El fenómeno es mundial y la U.E., EE.UU., Japón,… se benefician del nuevo expolio a los mismos países a los que se despoja de sus materias primas y que financian a los más ricos en forma de servicios de la deuda. Por eso la Doctrina Social, que defiende el «derecho a emigrar» para alcanzar lo necesario con el propio trabajo y pide la acogida por solidaridad con los que llegan como pioneros de un encuentro entre pueblos y culturas, defiende también el «derecho a no tener que emigrar», o, lo que es lo mismo, el derecho al desarrollo justo y solidario de todos los pueblos, para que el enriquecimiento de unos no continúe cargándose sobre la pobreza de otros. Para hablar sobre estos y otros temas el próximo lunes 20 y 21 de noviembre se celebrarán unas JORNADAS EN SOLIDARIDAD CON LOS INMIGRANTES, con un «Recital de Poesía Africana» el lunes a las 19:00 horas en el Aulario de la Universidad Pública de Navarra, y una charla: «África, genocidio silencioso», el martes a las 20:00 horas en el primer piso de la parroquia San Miguel de Pamplona.