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Ayer oí que alguien decía, con tono de suma tolerancia: «es verdad, los padres que eligen educación diferenciada no segregan, solo están eligiendo el modelo educativo que quieren para sus hijos; pero que se lo paguen ellos».
Pensé que el argumento tiene mucha lógica. Así que deberíamos aplicarlo con rigor. Los que quieran una educación con énfasis en el inglés, que se la paguen. Los que quieran un método basado en las inteligencias múltiples, que se lo paguen. Los que quieran educación en euskera, que se la paguen. Los que quieran un bachillerato de Humanidades, que se lo paguen.
Después me di cuenta de que, en realidad, ya se está aplicando todo esto. Todos nos estamos pagando esa educación. Todos estamos pagando la educación de nuestros hijos a través de los impuestos.
¿Que se la paguen? ¡Por supuesto! Eso hacemos todos. El dinero público no lo ponen los políticos de su bolsillo. Lo ponemos todos: entre otras cosas, para pagar la Educación. Pero ¿qué educación? ¿La que decidan los políticos? ¿O la que elijan los padres?