No tengo ninguna duda, Sr. Director, de que España es un país con un gran potencial de crecimiento y esta crisis es una buena ocasión para superar algunos errores en los que vivimos desde hace décadas. Para hacer sostenible nuestro bienestar necesitamos recuperar nuestro deseo de construir, de trabajar juntos, de educar a las nuevas generaciones para que afronten unos retos que requieren inteligencia, tenacidad, y sobre todo el gusto de afrontar la realidad, de dejarnos de memorias históricas y de revanchismos. Porque no se trata solo de recuperar la capacidad de sacrificio o la laboriosidad, esas son consecuencias, la apasionante tarea pendiente es que como pueblo recuperemos el gusto de edificar. Y eso no será posible si no alentamos el deseo de cosas grandes. Alemania nos ha dado ejemplo y la visita de su cancillera nos ha de servir para algo más que un balón de oxígeno para el Presidente del Gobierno, sino para que aprendamos todos, especialmente el Presidente.