Decía Isabel San Sebastián en una tertulia que los pactos políticos por conveniencia son como los matrimonios de esa misma naturaleza: los que más duran. Ojalá tenga razón si es que con estos pactos de PP y Vox se alcanza a hacer reformas de calado, pero debemos recordar que esas reformas sólo se pueden hacer en un gobierno nacional fuerte. Naturalmente que si las autonomías alientan ese clima reformista, prepararán y desbrozarán el camino del gobierno central. Quienes deseamos esas reformas temíamos y tememos a Alberto Núñez Feijoo, cuyo perfil político, atendiendo a su gestión en Galicia, tiene un importante tinte nacionalista gallego e izquierdista. Pero tal vez sea verdad que Feijoo es por encima de todo un tipo listo que sabe muy bien cuándo y a qué lado toca balancearse.
Núñez Feijoo sabe que Isabel Díaz Ayuso es la que ha ganado estas elecciones, y es la líder natural que cree en España y que entusiasma. Si Isabel Díaz Ayuso liderara el PP nacional no se pactaría con Revilla en Cantabria ni los amigos del Tito Berni de Canarias. El problema que se vislumbra es si realmente el PP va a comportarse como un partido unido, teniendo dos tendencias bien diferentes: Feijoo frente a Ayuso, Cuca Gamarra frente a Cayetana Díaz de Toledo; el PP que aplaude a Petro o el que en Bilbao recuerda a los exiliados por terrorismo.
Porque las reformas que han de hacerse si realmente España quiere prosperar y alejar el fantasma del neocomunismo y el independentismo definitivamente (que una ambición muy digna en un país orgulloso de sí mismo) son reformas radicales que van a tener a muchos medios de comunicación en contra y a la izquierda en la calle, y para eso PP y Vox han de mantenerse firmes. La independencia del poder judicial, ilegalización de Bildu y partidos separatistas, uso del español en toda España, unificación de la educación y vuelta del rigor en la instrucción académica, bajada de impuestos, simplificación de la burocracia, control de la emigración, ocupación ilegal, recorte de gastos inútiles, abastacemiento de energía atómica, recuperación del plan hidrológico nacional, derogación de las leyes sectarias de memoria democrática, transexualidad y consentimiento, medidas en contra de la promoción del aborto y a favor de la natalidad, eutanasia, agenda 20-30… Muchos temas que la izquierda ha dado por cerrados como si fueran dogmas.
Nunca la izquierda había estado tan desprestigiada y ni en las peores pesadillas de Pablo Iglesias Vox había llegado tan alto. Llamar fascistas a los de Abascal está de capa caída. Vox ya gobierna en Castilla-León y no suena nada mal escuchar que los sindicatos del vetusto reino protestan porque les han cortado el grifo. Eso ocurre gracias a Vox y el mundo no sólo no se acaba, sino que se ahorra. En menos tiempo de lo que se cree, Abascal podría ser todo un Meloni español. Eso Feijoo también lo sabe y por eso no puede abusar de la ambivalencia.
Feijoo divide los políticos entre los que ganan y los que no. Así que ahora mismo no ve otra que pactar con Vox. El PSOE ha perdido la ocasión de reconocer su crisis aguda, de refundarse, de abjurar del comunismo, el blanqueo del terrorismo y el nacionalismo. Sánchez ha sido muy tonto en esta maniobra, y no es que yo quiera darle buenas ideas, pero con un poco de humildad -en su caso, con mucha humildad-, si hubiera dimitido, en España, que hay una condescendencia patológica hacia los progres, se le habría puesto alfombra roja y Feijoo habría pactado con esa socialdemocracia, con la ayuda de Cuca, que siente al PSOE tan cerca del corazón.
Me temo que ya no hay tiempo para Sánchez, aunque nadie sabe qué puede pasar cuando dimita, que es lo más probable. La izquierda revolucionaria en julio va a estar comiendo gambas y echándose las manos a la cabeza del desierto que les espera. Si sabes que los resultados de los tuyos van a ser malos, qué es un voto más o uno menos si te quieres ir de excursión un domingo: la estrategia de Sánchez le va a explotar en las manos. En las elecciones nacionales se dobla el castigo de las municipales. Y además todo está por las nubes: la economía es una moto acelerada contra un paredón. Los socialistas nunca aprenderán que las cosas sagradas son sagradas: a los muertos no se les saca de su tumba. Y las vacaciones, ni se tocan.
Un comentario
#YoConAyuso, el mejor equipo, dos mayorías absolutas en Madrid comunidad, y gracias a ella, otra en Madrid Capital.
Ideas claras, y resiliencia frente a campañas de acoso mediático y presiones de todo tipo. Resultados demostrados y garantizados.