En estos momentos en que se está pidiendo la supresión de las autonomías la Comunión Tradicionalista Carlista se ve obligada a decir algo a los españoles.
Con el lema “Fueros”, mencionado expresamente o incluido en el concepto “Patria”, el Carlismo viene defendiendo las autonomías desde su aparición en la política, en 1833.
En el curso de la primera guerra, las potencias del norte preguntaron a D. Carlos V si restauraría los Fueros y la Inquisición. La contestación fue positiva para los primeros y negativa para la segunda.
En su Carta-Manifiesto a su hermano D. Alfonso de fecha 30 de junio de 1869, dice D. Carlos VII:
Ama el pueblo español la descentralización, y siempre la amó; bien sabes hermano mío, que si cumpliera mi deseo, así como el espíritu revolucionario pretende igualar las Provincias Vascas a las restantes de España, todas éstas semejarían o se igualarían en su régimen interior con aquellas afortunadas y nobles provincias.
Esta fue su línea política durante toda su vida que remató en su Testamento Político:
Encárgole igualmente (a su Sucesor D. Jaime) que no olvide cuán ligado se halla por mis solemnes juramentos a respetar y defender las franquicias tradicionales de nuestros pueblos. En las importantes juras de Guernica y Villafranca, entendí empeñarme, en presencia de Dios y a la faz de los hombres, por mí y por todos los míos.
El mismo sagrado compromiso hubiera contraído con cada una de las regiones de la patria española, una e indivisible, según ofrecí a Cataluña, Aragón y Valencia, si materialmente me hubiera sido posible. De esta suerte, identificados y confundidos en todos los españoles dignos de este nombre, su deber de vasallos leales con su dignidad de ciudadanos libres, compenetrados en mí la potestad Real y el alto magisterio de primer custodio de las libertades patrias…
Los tradicionalistas seguimos defendiendo la descentralización, teniendo en cuenta que la centralización excesiva ha sido una consecuencia del “espíritu revolucionario” que mencionaba y combatía D. Carlos.
Este “espíritu revolucionario” convirtió al Estado en un dios que se entrometía en todas las facetas de la vida de los españoles. Frente a ello el Carlismo ha venido defendiendo el lema: “Más sociedad, menos estado”.
Las actuales autonomías se han establecido con ese mismo “espíritu revolucionario” y hoy tenemos en vez de uno, diecisiete miniestados que siguen privando a la sociedad de sus atribuciones. Los problemas, que ya veníamos denunciando, de un estado absorbente se han multiplicado por el número de autonomías. Los carlistas queremos autonomías. Pero no como una multiplicación de naciones liberales que tiene que terminar en la ruptura de España. Las deseamos como una libertad de las regiones, provincias y municipios para resolver los problemas que les son propios.
Y no podemos olvidar que España es el conjunto de hombres y tierras unidos por la Fe en el mismo Dios y la lealtad al mismo Rey. Eliminados, como ocurre hoy, ambos valores de nuestra vida política, no nos queda como elemento de unión más que la necesidad de la vida común. Necesario pero insuficiente para una vida exenta de conflictos.
El Estado liberal, hijo de la Constitución de Cádiz que tan alabada es hoy, oprime con su centralismo a los pueblos. Cuando establece autonomías, se convierten en caos, separatismo y ruina económica. Es el Estado liberal el que hay que sustituir por una Monarquía Cristiana acorde a nuestras tradiciones milenarias.
3 respuestas
Fueros para nadie.
Los pueblos no existen como sujeto de derecho, existen las personas como ciudadanos. Lo contrario nos pone en el mismo lado que los nazis con su espacio vital, Lebensraum que acabó en tomar cuerpo con la Drang Nach Osten, marcha hacia el Este, o sea, la invasión de paises eslavos y su exterminio para dejar paso a la raza elegida.
Ya vale.
En cuanto a la unidad de España, nada que objetar. Y Dios en la casa de todos.
Autonomías? NO, de ningún modo.
En España las provincias tienen el tamaño ideal para una descentralización administrativa real, eficaz y efectiva.
Tal como Francia, pero más pequeñicas aún. República unitaria y centralista ya.
Y el que quiera caprichos que los pague de su bolsillo.
http://www.estosololoarreglamossinlasautonomias.net/
Por ejemplo