«PAX ETARRA» Hay una serie de televisión llamada ‘Los Soprano’ que relata las peripecias de una familia mafiosa de New Jersey. La dinámica del negocio de los Soprano es simple: pagas un porcentaje a los Soprano y vives, dejas de pagarlo y mueres. En uno de los episodios, al estado de no violencia consistente en que todo el mundo ha entregado ya su sobre y no hay que partirle las piernas a nadie lo denominan ‘Pax Soprana’. Pues bien, Zapatero acaba de descubrir la Pax Etarra, consistente en que si pagas un precio a los etarras estos te permiten seguir respirando. El precio, naturalmente, lo conocemos ya hace 30 años, cuando en vez de la propuesta de Anoeta hablaban de la Alternativa KAS o la Alternativa Democratica (ETA siempre llenándose la boca de palabras como democracia, diálogo, respeto, etc), a saber: territorialidad (Navarra), autodeterminación y amnistía. Obviamente todo el proceso es una patraña por la que se pretende hacernos creer en una Pax Etarra consistente en que la ETA reciba lo que pide a cambio de no matarnos, y hacer pasar esta Pax Etarra por la verdadera paz: la de quienes viven libres sin tener que pagar un precio por su vida. Sumen a todo esto, para terminar de comprender la perversa dinámica del proceso, la estrategia de llamar fascista y enemigo de la paz a todo aquel que ose criticar o poner en riesgo la Pax Etarra. Aquel que se niegue a pagar por su vida un precio a ‘los Soprano’ es alguien que no desea la paz, que está interesado en que siga habiendo violencia, y que además hasta disfruta cuando le parten las piernas. Escuchen la cadena SER o la ETB y verán cómo algo tan perverso y surrealista es un dogma de fe que medio país repite dócilmente. Por lo demás, es bastante evidente que premiar disimuladamente la violencia equivale a fomentar disimuladamente la violencia, algo inmoral y evidentemente absurdo para acabar con la violencia, por lo que en todo caso los pacifistas somos los que nos oponemos al proceso y no los que lo secundan. Por todo lo anteriormente expuesto, me niego a secundar el ‘proceso’, pero sobre todo me niego a llamar ‘paz’ a eso que resultaría del mismo. Pax Etarra resulta mucho más adecuado.