Las palabras de Sanz contra las que ahora Zabaleta anuncia su querella, y la postura de Zabaleta respecto a la violencia y su condena, fueron ampliamente analizadas el viernes pasado por Navarra Confidencial.
Llama la atención la susceptibilidad de Zabaleta cuando, anteriormente, él mismo no ha dudado en insultar a UPN y CDN calificándolas como “fuerzas neo-franquistas”. Una afirmación especialmente grave cuando hay quien asesina a personas de estas formaciones amparándose en esa misma acusación.
Parece evidente, por otra parte, que a Zabaleta le resultaría mucho más fácil refutar las acusaciones de Sanz emitiendo una declaración pública de condena a la violencia terrorista (insistiendo en los términos “condena” y “terrorista”), en vez de mediante la interposición de una querella.
Quedamos también a la espera de las inminentes protestas de todos aquellos que no entendían que el lehendakari Ibarreche pudiera ser citado ante la Justicia. Suponemos que tampoco podrán entender que ahora sea Sanz el procesado.
Por último, ahora que Zabaleta recurre a la justicia contra Sanz, no podemos dejar de recordar los innumerables casos en que Aralar ha arremetido contra esa misma justicia calificando sus actuaciones de “aberraciones judiciales” o “barbaridad” cuando han ido encaminadas a la persecución de hechos delictivos cometidos por la “izquierda abertzale”.