Yolanda Barcina llama a defender la democracia especialmente en los momentos convulsos

La mayoría de las personas no saben exactamente de dónde provienen los términos “derecha” e “izquierda”. Entre la minoría que tiene una idea al respecto, predomina la creencia de que se trata de una división que se estableció durante la Revolución Francesa cuando, en la Asamblea, los revolucionarios ocuparon los asientos de la izquierda y el clero y la nobleza los de la derecha. Pero esta división no es cierta y simplemente trata de ofrecer una visión distorsionada de le derecha asimilándola al clero y la realeza. En realidad fue el “tercer estado”, excluyendo al clero y la nobleza, quien se constituyó en Asamblea. Dentro de esta Asamblea, los revolucionarios más radicales se situaban a la izquierda y los revolucionarios más moderados, mayoritarios, a la derecha. La Revolución Francesa, a fin de cuentas, fue una revolución burguesa. El ensayo de Pedro J. Ramírez presentado ayer en Pamplona se remonta a aquella época, a las primeras elecciones por sufragio universal masculino que gana la “derecha” (los también llamados, por extensión, girondinos) y al primer golpe de estado en la historia de una democracia que protagoniza la izquierda (los jacobinos, los sans culottes o “la montaña”) instaurando el terror y la guillotina.

Los sans-culottes y los indignados

Durante el discurso de la presentación, Pedro J. Ramírez advirtió de que no se puede establecer un paralelismo directo entre la situación tan extrema de la Francia revolucionaria y la situación actual: «Las generalizaciones son imposibles y el paralelismo preciso una exageración». No obstante, el director del diario El Mundo insistió en la necesidad de mantenerse alerta en la defensa de la democracia y se negó a banalizar la importancia de incidentes como el sitio al Parlamento de Cataluña, el hostigamiento personal a Alberto Ruiz-Gallardón ante su propio domicilio o la agresión en Toulouse contra Yolanda Barcina. Pedro J. Ramírez apunto que «los más radicales de los sans-culottes se podían traducir como los enrabietados, pero nadie me diría nada si dijera indignados. Y su eslogan era que no nos representan. Defendían la democracia directa frente a la representativa. Eso nos suena, ¿verdad?».

«Si la democracia quiere sobrevivir, los demócratas debemos demostrar que no tenemos miedo»

Por su parte, Yolanda Barcina, comentó sobre el libro presentado que “no es sólo el gran lienzo de un hecho histórico concreto y decisivo. Es, ante todo, una llamada a la reflexión pública, porque en estos tiempos también hay quienes pretenden aniquilar a los demócratas destruyéndolos moralmente. Los moderados continúan siendo carne de cañón, blanco de insultos, signo de contradicción». Para la presidenta de Navarra, de las páginas del texto refiriendo aquellos hechos que desembocaron en El Terror, y que el libro califica en su título como El Primer Naufragio, “se eleva un clamor sincero de unidad social, una voz que nos interpela invocando concordia, tolerancia, compromiso democrático, visión de futuro y libertad. Si aspiramos a la regeneración de nuestra sociedad, si queremos frenar los espasmos del sectarismo, hemos de estudiar cuidadosamente los mecanismos del primer golpe de Estado moderno fraguado por Robespierre, Danton y Marat”.

Grecia y el CIS

Al hilo de esta presentación se pueden añadir dos hechos que vienen a confirmar que en tiempos de crisis económica y zozobra política florecen peligrosamente los extremismos antisistema. Si Grecia asiste a la irrupción de la extrema izquierda y los neonazis en el Parlamento, el último barómetro del CIS pone la intención de voto de Bildu ligeramente por encima del PNV, fuerza más votada en el Parlamento vasco hasta el momento. Las grandes convulsiones económicas favorecen el extremismo. La Gran Depresión, a fin de cuentas, fue el caldo de cultivo del fascismo. Nada es igual, pero dentro de la diferencia hay algún motivo de alarma y algún parecido.